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Foto del escritorThe Bridge

EL HERMANO DE PAPÁ


Había soñado bastante con ese momento, y no pensé precisamente que fuese a ser con él; Aunque confieso que muchas pajas fueron en su nombre, no pensé que siendo tan varonil y tan macho pudiera ocurrir algo, incluso la idea de estar conmigo era demasiado lejana, pues era una aberración pensar morbosamente de mi tío siendo un muchacho.


Admito que había tenido experiencias sexuales con algún primo lejano, de esos que se quedan a dormir en casa por alguna rara ocasión; pero solo en juegos, nada de sexo real, nada de penetración, solo contactos y algún intento de sexo oral, vaya que conocí del tema a muy temprana edad.


No recuerdo exactamente la fecha, pero son datos innecesarios, pero si recuerdo bien que era domingo, era de esas noches frías y lluviosas que no te dejaba muchas opciones para divertirte.


Mi tía se iba de viaje y regularmente me gustaba ir a su casa, no sabía si era para pasar tiempo allá con ella o por el simple morbo de mirar de reojo a su nuevo esposo que se la pasaba la mayoría del tiempo con micro shorts que le marcaban los huevos de una manera tan exquisita; siempre fue blanco de mis miradas discretas, pues era un hombre de apenas treinta y cinco años, de un cuerpo muy atlético ya que jugaba bastante futbol, unas pantorrillas demasiado grandes, unas piernas tan definidas como su abdomen y pectorales grandes, vaya que alteraba mis jóvenes hormonas al mirarlo caminar por la casa.


Fuera de eso, el trato era esplendido, ambos tíos me trataban con tanto cariño, me compraban golosinas y me dejaban mirar lo que yo quisiera, el tiempo que quisiera, pues aparte de su hijo de cinco años, era de los únicos sobrinos de la familia.

Esa noche mi tía saldría de viaje a visitar a su madre, ya que pasaba por una situación de salud algo delicada, le dije que me quería ir a dormir a su casa, ella me dijo que se iba de viaje, pero su esposo Lucas se iba a quedar en su casa a dormir con mi primito, dándome de esa manera autorización para hacerle compañía a ambos.


Con cara de desilusión solo le dije — ¡bueno, yo quería que usted estuviera! — la verdad es que mi tía siempre jugó un papel de tía buena que me hacía sentir como en casa; estaba muy en descontento, aunque sabía que con mi tío igual me la pasaría genial, pues siempre hacíamos competencias en vídeo juegos o salíamos al estadio deportivo a jugar soccer; aunque la lluvia quizá no nos dejaría hacer lo segundo.


—Ve, no seas así, sabes que a Lucas le encanta que vayas, y así sirve que juegues un rato con Danielito para que tu tío también pueda bañarse y dormir un rato—insistió en que debía quedarme con ellos —anda, tranquilo, duermes con Dani en su cuarto, la cama es grande para los dos— yo asenté con mi cabeza y cambio mi cara de desilusión con una enorme sonrisa.


Mi tía se encontraba en mi casa platicando con mamá, de inmediato avisó Lucas que pasara por mí y Dani al acabar de trabajar, ya que mi madre cuidaría de su pequeño durante un rato de la tarde, no tardó en llegar el taxi que llevaría a mi tía al aeropuerto—Nos vemos pequeños, me saludan a tío Lucas.


Para cuando mi tío llegó, ya esperaba ansioso con una mochila con mis cosas, no demoró tanto y ayudándolo con su hijo nos montamos a su vehículo para ir a casa; al llegar mi primo ya se había dormido, con mucho cuidado y tratando de no hacer ruido mi tío lo cargó para llevarlo a recostar en su pequeña cama.


Después de atenderse en la mesa, acompañándolo con helado de chocolate mientras comía me hacía múltiples preguntas en forma de trivia para ver cuánto había aprendido en la escuela, se cambió y se metió a bañar; el baño de su cuarto estaba en reparación así que entro al baño del cuarto de mi primo. Yo estaba allí acostado viendo tv, asiéndome el fastidiado; el entro hablo algo conmigo, normal, y se metió a bañar.


En ese momento al verlo en toalla me entro una gran curiosidad, los pies y las manos me temblaban, no sabía qué hacer y sentía mil sensaciones extrañas en el estómago, era de nervios, me dieron ganas de entrar al baño y verlo bañarse pero me asuste al no saber su reacción, así que solo salí hasta la sala y me senté a “enviar mensajes” pues sabía que él iba a pasar por allí cuando viniese del baño.


Y así fue, paso por la sala hasta su cuarto, aun goteando un poco de agua, podía ver como corrían algunas gotas sobre su piel tostada, su espalda ancha, su barba tupida aun húmeda, vellos oscuros en su pecho y una toalla enroscada en su alineada figura; me hizo deleitarme en cada paso que daba; esa virilidad, ese cabello corto, esa rudeza y voz ronca me enloquecían, sentía que no podía ser más perfecto; tenía unos ojos brutales que te estropeaban con sus rasgos libaneses y esa sonrisa que debía volver loca a más de una.


Esperé plácidamente a que pasara hacia el cuarto y fue en ese momento cuando me entro la necesidad de verlo sin ropa, calculé un tanto el tiempo en que fuese a buscar ropa interior, prendió la luz de su cuarto y una suave cortina blanca me mostraba las sombras de él desnudo, y pude ver como se agacho para colocarse un bóxer, y mientras lo pasaba por su pies derechos, pensé— este es el momento, tengo que entrar, y entonces, levante la cortina como si no supiera que estuviera desnudo— hice exactamente lo que repasé en mí mente, cosa que ni yo me la creí, puse cara de sorpresa al verlo desnudo, su pene de piel morena clara columpiaba envuelta en una capucha rodeado de negros vellos recortados, no estaba excitado, tenía un tamaño bastante promedio; inmediatamente pedí perdón, dando la vuelta, pero me pidió que pasara, haciéndome ver que vernos entre hombre era algo completamente normal.


Ciertamente no pase, solo me puse a su costado, fingí mirar a los lados como si no quisiera violar su intimidad, ya él iba casi terminando de colocase el bóxer, me bloquee, no supe que hacer ni que decir, quería darle alguna señal de que me interesaba, pero no quería ser obvio, más bien quería que él lo indicase, pero sentí que no lo haría, así que solo comencé a salir del cuarto, pasé muy cerca de él, metió su mano para acomodarse los huevos dentro del calzón—¿Tío Lucas, porque su pene es pequeño? —No sé por qué rayos hice esa pregunta, es como si yo no hubiera actuado por mi cuanta propia, mi boca había expresado lo que me encontraba pensando.


En ese momento sentí que me caía un balde de agua fría, y no pude mirarlo a la cara, lo miré extrañado, pues tampoco esperaba esa pregunta viniendo de mi parte; solo contestó — es que está dormido— entre risas.


Cuando salí del cuarto recuerdo que solo cerré los ojos, con rabia y aun temblando, —¡Que estúpido soy! — Llegó la tarde, me arriesgué y me metí en su cuarto mientras el daba vueltas por la cocina, en ese cuarto había una cama grande y otra cama litera, yo me acosté en la cama grande que estaba muy cerca de la litera, luego el paso y se acostó en la litera en la parte de abajo, estaba boca arriba, se le marcaba sobre los pequeños shorts un bulto muy apetecible, me daban ganas de tomarlo con fuerza hasta ponerlo duro y descubrir su verdadero tamaño.


Me pasaron tantas cosas por la cabeza, no sabía qué hacer, lo quería tocar, sentirlo, tocar su pecho, saber cómo se sentía besarlo, sentir su piel pasando mi lengua sobre él; solo de recordar su hermosa sonrisa mi estómago se hacía nudos otra vez.


no aguante más y lanza mi mano hasta la cama donde él estaba, estaba despierto, me miró moverme incómodo, y con mi voz aniñada a mi corta edad, exclame— ¡esta cama si es dura! — sentía en ese momento un frió increíble de los nervios, cuando me dijo— porque no te pasas para acá un rato, esta está más cómoda y hay lugar para los dos.

El corazón a mil, súper excitado, deseándolo, frio, y con mi respiración acelerada no podía ser más notoria; no lo pensé dos veces y me pasé a su lado.


Supe que él quería que lo tocara porque no hacía nada, solo estaba boca arriba al lado mío, así que poco a poco me acerqué lo más que pude, como quien no quería baje mi mano y en un movimiento tonto premeditado mi mano quedó sobre su pierna; pasó un buen rato, yo fingía dormir, y el hacía exactamente lo mismo.


Entre abría los ojos y miraba de reojo si había algún tipo de actividad, pero solo estaba su respiración relajada y el movimiento de su panza al inflarse con el aire; tragué algo de saliva antes de hacer algún otro movimiento; al hacerlo mi mano quedó muy cerca de su entrepierna, casi rosando el bulto entre sus piernas, pensé que no ocurriría nada más, hasta que escuché su voz ronca decirme —ahora tócala, para que veas que ya está grande— me paralice al oírlo… y lo hice, toque por sobre su short, ya se sentía diferente, grande, de un grosor considerable, en verdad el tamaño que había visto tras las cortinas era demasiado engañoso.


Respiraba cada vez más fuerte, se desabrocho el short para que pudiese tocarlo mejor, yo poco a poco con mis manos inexpertas y temblorosas le baje una parte del bóxer hasta descubrir los huevos que quedaron muy tensos bajo el elástico, tenía unos testículos grandes, ovalados y muy limpios; eran tersos, pues se depilaba y recortaba el vello púbico.


Ahí estaba su rico pene que tanto había imaginado desde el primer día que lo presentaron como nuevo integrante de la familia; oscurito, color canela, con una linda cabeza rosadita y jugosa, saltaba demasiado y daba fuerte palpitaciones cuando lo oprimía con fuerza, no sabía casi nada de sexo ¿Cuánto más podía saber con mi corta edad?


Incluso, tuvo el que ayudarme a masturbarlo con mi propia mano, entiendo que lo hacía demasiado mal; pues me oprimía el puño y lo bajaba una y otra vez al ritmo que pienso le excitaba, no paso mucho tiempo cuando me pidió que se la besara; por mi cabeza pasaron mil cosas, pero la más frecuente fue —Yo no quiero besarla, yo quiero comérmela completa—lo besé varias veces, lo lamí y buscaba la manera adecuada de hacerlo, la llevé a mi boca cálida y mire que eso le gustaba.


Lo tragué poco a poco y comencé a bajar y subir inexpertamente con mis labios, el con sus manos agarraba mi cabeza haciendo que me la metiera más al fondo, sentía que me atragantaría con su trozo duro, incluso por ratos me faltaba el aire y la respiración; ya me dolía la boca de tanto mamar, el me detuvo se quitó el resto del short y el bóxer y luego quito mi ropa. Sentía un frío increíble y un miedo que me invadía porque sabía lo que vendría a continuación.


Mi boca tenía un sabor a verga limpia, un aroma que solo había sentido en sus calzoncillos al olerlos del cesto de ropa, su olor era penetrante y la sensación de su gordo pene seguía alrededor de mis delgados labios.


Me pidió que me pusiera boca abajo, comenzó a besar mis nalguitas blancas y carnosas, paso su lengua y un dedito alrededor de mi pequeño agujero, sentí como de pronto su peludo pecho y su rico abdomen estaban sobre mi espalda, esos vellos me excitaban de una manera única, el rose de su verga por mi culito me estremecía, y su respiración sobre mi cuello y espalda me elevaba a otro nivel.


Algo inimaginable, una mezcla de miedo y adrenalina fluyendo de mi verga joven, y de mi culo novato que pedía a gritos más de sus roces, sabía que el dolor que sentiría sería tan divino y cuidadoso porque podía notar su delicadeza con su tacto, y su experiencia con los giros perfectos de su lengua que me puso los ojos en blanco.


Me estremeció todo su miembro un largo rato entre mis nalgas blancas, sabía que esos 18 cm me iban a doler, pero por mi mente pasaban mil cosas, pero la más grotesca es que era mi tío, pero me gustaba que eso estuviera pasando, pues era la más grande fantasía que tenía como adolecente.


Lo disfrutaba, estaba demasiado excitado, nunca había sentido tanto placer; saber que el hombre por el cual me había pajeado siempre estaba sobre mí, y que me haría suyo en cuestión de minutos; había tenido tantos sueños húmedos con él que podía imaginar un poco lo placentero que sería hacerlo realidad.


Ya estaba que reventaba de placer sentía que poco a poco introducía su cabeza, pero mi culo aún virgen y cerrado se lo impedía, así que me pidió que fuese a buscar unas cremas q estaba sobre la nevera, recuerdo como su fuera ayer que salí del cuarto sintiéndome una puta sucia, con frío y con mi cuerpo desnudo, con mi culito rojito y empezando a arderme un poco por el intento de cogida.


Fue mi primer contacto con la palabra “lubricante” ; lo tome y me coloqué un poco en el culito y con un dedito me fui taladrando un poco, luego tome una buena cantidad en mi mano y me fui al cuarto para colocársela a mi tío en su verga, no sin arte darle unos cuanto chupetazos y mamadas para volver a sentirlo, esta vez ya tenía un poco de líquido pre seminal en su inflamada cabeza, sabia tan deliciosa que Chupé hasta sacar un poco más.



Le masajeé su pene con la crema hasta lubricarla por completo me acosté otra vez boca abajo con mi culo a su disposición, él se subió nuevamente sobre mi apuntando su varga directo en mi raja, se acercó a mi oído y recuerdo el susurro que me hizo temblar—Si te duele me dices, y te la saco—entendí que era más una distracción para que no gritara, me la enterró poco a poco, cuando iba por la mitad sentí que me destrozaban pero iba a aguantar porque ya estaba allí y yo lo quería, pasó todo porque yo lo provoqué.


Ese fue el momento donde centré mi mente entre el miedo y el dolor, cuando entraba su verga por mi culo virgen sentí que me partía completamente en un momento muy doloroso, después de tanto leer por los portales que juraban que sólo al principio duele, me hizo pensar, no sé porque a mí, no sé qué paso, porque yo nunca sentí ese gran placer; si me gustó, no lo niego, el dolor fue insoportable, pero un placer, placer, no fue, y eso que era muy pequeño para compararlo.


Estuvimos un rato como por 20 minutos, en los que me reventaba y yo sufría, poco a poco fue pasando hasta que me acostumbré a la extraña sensación, ya sentía algo grande en el culo de tanto entrar y salir, pero me gustaba, luego de otros minutos de ser penetrado con movimientos muy bruscos ya deseaba con locura que sacara su verga que reventaba mi pequeño agujero; sentí algo baboso y caliente adentro, lo escuché rugir, un gemido de macho enlazado de sus gruesos puños sujetándome con más fuerza; calientes lechazos dentro de mí fueron lanzados haciendo que redujera su velocidad, me había llenado el culito como tanto lo había deseado.


Con el ardor y el culo lleno de semen, descanse un rato boca abajo, Él supo que fue el primero dentro de mí, era más que obvio, tarde en recuperarme de esa vez; porque solo fue la primera, solo fue el comienzo de muchas sorpresas; recuerdo que se puso de píe, fue a limpiarse, y luego me dijo que pasara a bañarme.


Fueron muchas las veces ya para la tercera vez, no me dolió mucho y ya empezaba a disfrutar como mi tío me partía el culo a su manera; tanto que las cogidas se volvieron más frecuentes y placenteras para ambos, lo hacíamos casi dos o tres veces por semana y nunca nadie se enteró. Me volví adicto a comerle el pene y a tragársela toda.


Después de varias cogidas un día me pidió que me lo cogiera, fue una sorpresa porque a pesar de tener corta edad mi pene era bastante grande y le entró con facilidad. A mi tío le gustaba la verga, y de ahora yo también le iba a dar por el culo como el me castigó, y así fue, empecé a romperle el culo y luego el a mí, pero eso es otra historia.

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EL TRAILERO.

8 Comments


Herney Suarez
Oct 01, 2021

Me encanta cada relatos que leo me parece muy exitante

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Francisco Del Muro
Francisco Del Muro
Sep 30, 2021

Eso hacia yo tambien.

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Francisco Del Muro
Francisco Del Muro
Sep 30, 2021

Si les gusta mi relato tengo muchos mas. Muy exitantes.

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Francisco Del Muro
Francisco Del Muro
Sep 30, 2021

Asi me paso con el macho que me gustaba tanto y que me penetraba casi todos los dias y me gozaba el culito y yo lo dusfrutaba. Hasta que un dia me pidio que yo lo pentrara y asi lo hice y fue rico riquisimos y haciamos el 69 y eso era lo maximo. Depues conocimos a un muchacho mucho mayor que yo y lo cedujo y practicamos en trio que tambien fue wow exitante hasta el dia de hoy asi lo hacemos con diferentes personas haciendo trios. Yo ya he comentado en otras ocaciones.

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Carlos Bruno
Carlos Bruno
Sep 29, 2021

Ojala saquén una continuación de esta historia, por

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