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Foto del escritorThe Bridge

EL NUEVO INQUILINO

Actualizado: 4 jun 2020




Cuando mi padre anuncio que mi primo Alejandro vendría a vivir con nosotros, para iniciar estudios en la ciudad, me sentí algo cohibido al no saber de él durante casi 15 años ¿De que hablaríamos? ¿sería igual que cuando éramos adolescentes?


Él había estudiado algunos años en educación militar, mis padres comentaban que era un joven muy serio y disciplinado; cosa contraria conmigo, el típico rebelde y terco de notas bajas en el colegio.



Recordaba a Alex como un adolescente  de 12 años: debilucho, desdentado, guerejo y desabrido, por lo que cuando mi padre me dijo que se quedaría en la casa, pensé— Ni modo, a sufrir con este inadaptado.



Llego el día en que Alex se mudaría a casa. Ese día decidí salir , la verdad tenía poco interés en el nuevo inquilino; y no quería estar tan involucrado con el.


Al regresar fui a la cocina, bebí agua directa del bote, papá me regañó como siempre y no haciendo caso me dirigí a mi habitación; entré a mi habitación y me encontré con un chico sentado en mi cama.


—Vaya, Vaya—Pensé, el chico se veía De campeonato: alto, de 1.75 cm. de cabellos oscuros, de ojos color miel, de grandes manos, cuerpo atlético, anchos hombros y de tez blanca; al verme se puso de pie y me dio la mano— hola, yo soy Alex, no sé si te acuerdes de mi—dijo.


Extendiéndome sus manos quede impactado al verlo, balbuceando respondí —si soy yo, pero... vaya que estás cambiado.


—El tío Manuel, me dijo que dormiré contigo— contestó, poniéndose de pie, con una cautivadora sonrisa en sus labios, y mostrando unos jeans apretados donde de apreciaba un enorme paquete y unas nalgas atléticas, duras y una simpatía innata.



Me quede boca abierta, el chico emanaba toda la sensualidad y sexualidad de sus 27 años. Me quede con sus manos entre las mías, sentí su calor y su fuerza, y instintivamente le aprisione de mas las manos, hasta que el las retiro.


—Bueno, no sabía nada, pe…..pero bienvenido— le dije, tratando de disimular el impacto que su presencia me había causado.


—acomodaremos una cama, y te quedas aquí— le dije al instante que el me abrazaba afectuosamente, sintiendo sus fuertes brazos rodeando mi cuerpo; vaya que después de esto mi noches no serían iguales.


Al instante del abrazo, pude percibir que ese chico, alteraba mis hormonas, sentí su aroma, exquisito, loción de madera y sudor, pude sentir la dureza de sus pectorales chocando con los míos.


Lo tuve unos segundos en mis brazos aspirando su aroma a macho joven, por fin tuve que soltarlo y pude admirar todo su hermoso y atlético cuerpo. Desde ese instante quede impregnado de mi primo Alex, y ya no lo podía sacarlo de mi mente.


El chico se instaló en mi recamara, A partir de ese noche, mis noche se volvieron un sufrimiento, solo de pensar que tenía a mi lado a mi primo dormido, a semejante monumento y yo sin poder hacer nada; era un martirio.


Siempre dormía boca arriba, solía cubrirse la cara con una mano, abrir las piernas, y moverse muy poco; algunas noches acababa boca abajo, lo que dejaba aflorar sus gruesas y resaltadas nalgas.

De consumo podía verlo en ropa interior todos los días, verle el paquete tan perfecto, marcado en su ropa interior; solía usar bóxers entallados, pero mis días favoritos era cuando usaba trusas; tenía uñas grises que me dejaban imaginar el tamaño de lo que llevaba adentro.


Muchas mañanas pude mirar sus erecciones a través de la trusa, según yo medía cerca de 18 cm. varías madrugadas desperté, y lo notaba erecto tras la sábana, fueron pocas las veces que pude ver sus piernas descubiertas; siempre le gustó dormir cubierto.



Ese chico había cambiado mi vida, todo el día me imaginaba cómo sería tener sexo con el ¿como besaba? ¿A qué sabía su semen? ¿Que tan duro la metía?, lo imaginaba desvistiéndose y masturbándose para mi, incluso siendo penetrado por el.


Muchos de  mis sueños húmedos eran con el; pues en ellos podía hacer con  el lo que más se me antojara; vaya que le dedique demasiadas pajas a Alex mientras me bañaba.


En una ocasión llegué de la escuela y había dejado  la puerta del baño abierta por descuido; pues la puerta tenía truco para cerrarla bien.


Me acerqué con el corazón latiendo a mil, estuve a punto de abrir de golpe fingiendo torpemente no saber que estaba ahí; pero me atrapó saliendo con una toalla al rededor de su cintura—No sabia que estabas ahí— dije muy nervioso; el solo sonrió e hizo como si nada hubiera ocurrido.



Su trato conmigo fue igual que a cualquier primo, jugábamos soccer, íbamos al cine, paseábamos juntos; cuando íbamos a jugar basket y el me mercaba, me gustaba sentirlo detrás de mi, sentir su cercanía me enervaba.


En un a ocasión se me pego demasiado que pude sentir su verga y sus huevos en mis nalgas, esa noche me masturbé pensando en él tantas veces hasta quedarme seco.



En la alberca era un sufrimiento, imaginar esa tremenda verga a través del traje de baño; podía ver el contorno de su pene y de sus huevos, tenía un deseo inmenso de hacerlo mío.


Más cuando Alex me abrazaba afectuosamente, o jugábamos a hacer fuerza dentro del agua, podía palpar a propósito su flácido miembro o sus duras nalgas; siempre me dejaba ganar. Con su cariño de primo. Tenerlo cerca de mí era un gusto y un sufrimiento.



Alex empezó a salir con una chica, para mi era un martirio, verlos de la mano, pensando que esa chica tendría de Alex, lo que el nunca me daría a mi, los celos me mataban, penando que Alex, besaba a la chica, que la acariciaba y el a ella, que ella disfrutaba de su cuerpo.



En la noches lo miraba dormir, sin animarme a tocarlo. Alex me había sorbido el seso, nadie me satisfacía, solo pensaba en el, en tener ese hermoso cuerpo para mi, en mamarle la verga y sentir amado y penetrado por el.


Sentir su aroma en mi habitación me hacía desearlo a cada segundo. Era tanto mi deseo por el que en la ropa sucia recogía sus bóxers para olerlos, besarlos y chupar los restos de su semen en el lugar donde descansaba su verga.


Aspiraba ese aroma delicioso; olor a orina, mezclado de sudor, perfume e impregnado de su esencia a hombre adulto; Alex era mi sueño dorado.


Por fin tome una decisión, pase lo que pase, con el precio que tenga que pagar, tengo que quitarme la duda y saber que esconde Alex detrás de sus ricos calzones bien marcados.



Esa noche me despertaron unos ruidos que provenían de la cama de Alex, no podía ser tan obvio, tenía que ser cuidadoso si quería mirar al menos un poco; el cuarto estaba oscuro, pero mis ojos se habían adaptado a ella, lo que me permitía ver un poco más que sombras.


Me acomodé con la cara con dirección a el, miré y a través de la penumbra puede ver las silueta de sus manos tirando de su verga, Alex estaba bien erecto,  lenta y rítmicamente se hacia una puñeta.


Suavemente deslizaba la piel de su pene , sus gemidos eran leves pero se hacían evidente entre tanto silencio.


Pude mirar el largo y gordo tamaño de su verga en una sombra de buen tamaño; respiraba fuerte, estaba confiado de que me encontraba dormido—¿En que pensara?—Pensé; como quisiera que fuera mi mano la que lo masturbara, si él quisiera podría prestarle mi boca, mi lengua para que pudiera terminar.


unos minutos después escuché un gemido largo, y los movimientos cedieron; se había corrido.


Esa noche me quede pensando como hacerle para hacerlo mío; lo mire caminar al baño con pasos muy cuidadosos, esa noche tuve que aguantar a qué se durmiera para masturbarme.



En la siguiente noche, calurosa por cierto, me levante entre la madrugada sigilosamente, me acerque a su cama y pude admirar su cuerpo desnudo y atlético reposar boca arriba con las piernas muy abiertas y sin la estorbosa sábana que lo cubría todas las noches.


Tenía una mano cubriendo su rostro, algo de vello axilar y lampiño en el torso, con una frase tatuada en un pectoral; solo estaba con una trusa, sus fuertes piernas tenían un vello bastante discreto.



Estaba rasurado de los pocos vellos que nacían del ombligo hacia abajo, del filo de su ropa interior, nacían algunos vellos gruesos rebajados.


Su trusa contenía un trozo que sobre llenaba el espacio, admiré como su abdomen se llenaba de aire y expulsaba un sutil ronquido; lo que me dio paso abierto a intentar un poco más.


Estuve unos minutos parado frente a él, inmóvil, con el corazón latiendo a mil, solo pensaba en ponerle la mano encima del paquete; en bajarle esa trusa para describir su grueso pene; pero los nervios me tenían petrificado.


Por fin me animé a hacer algo más,  me acerque a el para aspirar su aroma, lentamente le pase mi nariz, por su cuerpo, es su torso, sus axilas con un fuerte olor a macho, hasta llegar a su paquete.

Estaba muy nervioso de saber que podía despertar en cualquier momento; pegue mi nariz a su paquete y aspire el delicioso aroma que emanaba, mezcla de orín, sudor y un picante olor como semen.


Acerque mis labios a los suyos y le deposite un tierno beso, solo rozándolos, con los labios recorrí todo su cuerpo de nuevo, dándole pequeños besitos sobre varios puntos de su piel, incluidos su paquete y sus huevos.


No pude mas y corrí al baño a masturbarme; esa angelical visión de hombre-niño en mi mente. Eyacule enormes cantidades de semen me limpie y regrese a la cama, Alex, no se movió. Fue el primer contacto.



Después de esa noche todas la noches me levantaba a acariciar furtivamente a Alejandro, siempre era la misma dinámica, algunos roces, pasar mis labios al ras por algunas zonas, olfatear sus axilas, sus ingles y su bulto.


Me atreví a pasar mis manos sobre sus gruesas piernas, oprimí varias veces su pene envuelto, suave, gordo y bastante proporcionado; oprimía sus huevos, pero no pasaba de ahí, hasta que decidí pasar a otro nivel. En una de la tantas noches me atrevía correrle la trusa; vaya que fue difícil con las manos temblorosas cubiertas de nervios; el elástico estaba muy tenso, su musculosa cintura apenas y dejaba espacio para gruesas piernas y su gran bulto.


Rápidamente logré tiras dejando un espacio suficiente para meter mi otra mano, sus vellos recortados picaban mis dedos introducidos, pude tocar su suave pene dormido, tiré hacia abajo la trusa, y fue l primera vez que pude ver su tan exquisito miembro circuncidado y de cabeza rosada, acomodado a la izquierda.


Me quedé quieto mirando su suave respirar, tomé el terso pedazo antes de  darle un beso a su suave pene; guardaba un olor a jabón mezclado con sudor, sin embargo no me atrevía a más por miedo a que se despertara.



No hallaba la manera de hacerlo mío. Esa noche me masturbé de nuevo pensando en lo que había tocado; me prometí que la siguiente vez, intentaría despertar su verga de alguna manera.


En la noche siguiente  ya para dormir mi papa me pidió que fuera por Alex, , pues era ya noche y el chico no había llegado, y pudo pasarle algo. Tomé el auto y me dirigí a la facultad, no lo encontré y regrese a casa, mi papa estaba preocupado, dió la medianoche y Alex no regresaba. Nos acostamos a dormir ya tarde esperando; me despertó mi celular al timbrar , ere Alejandro que me pedía que le abra la puerta de la casa. Baje rápidamente, antes que mi papa despertará, abrí la puerta y me percate que Alex venía ebrio.


Era la primera vez que lo veía pasado de copas—rápido, entra, no vaya a ser que despierte mi papá, te estuvimos esperando hasta tarde — le dije.


Lo abrace para que no cayera, traía la camisa abierta y desfajada, y sentí el aroma de su cuerpo que me enloquecía, y la dureza de sus músculos intentando no caer.


El chico venía bastante sudado, como pude lo ayude a subir las escaleras. Llegando al cuarto, Alex tropieza, y nos caemos los dos a la cama; fue involuntario, pesaba demasiado y me había llevado con el. En la caída sus labios rozaron mi rostro y me dijo— ¡primo te quiero!


Esas inocentes palabras y la calidez de su aliento con olor a alcohol  y de su cuerpo hicieron que mi cuerpo sufriera un estremecimiento, un tremendo deseo sexual.


Fingí que me aplastaba y que me incomodaba, pues él había caído sobre de mi, nuestros cuerpos estaban muy pegados, y su cara tan pegada con la mía, como si no importara que sus labios estuvieran tan cerca de los míos.


Yo estaba solo en trusa, intentando detener la erección que se asomaba solo con sentir su pierna sobre mi bulto.


Fingí jugar con el a la lucha ya que no quería quitarse sobre de mi, entre risas y giros sobre la cama forcejeando,  lo despoje de la camisa. Quedando los dos desnudos de la cintura para arriba.

Lo abrace y pegue mi cuerpo al suyo, y pude sentir su enorme paquete en estado de erección, yo también tenia la verga totalmente erecta, ya era demasiado tarde para fingir que estaba muy existido por el.



Alex se dio cuenta y me dijo en broma — vaya con el primo, si tienes parada la verga, yo también la tengo parada, Lety me la dejo bien parada, solo me caliente y luego nada—Dijo sin despegarse de mi.


Por un momento pensé que se quitaría de mi lado, incluso pensé que me respondería con alguna ofensa, sin embargo su barba rasposa seguía tan cerca de mis labios, que mi instinto pedía morderle la barbilla y lamer su cuello para gritarle con acciones lo poco que me traía; Pero tenía que ser prudente.


Mi sorpresa fue cuando comenzó a mover su cuerpo sobre el mío, forrando su pelvis con la mía, haciendo que su paquete duro se restregara sobre mi pierna, poniendo mi verga a gotear de la excitación.


—Primo, ando muy duro y borracho—Dijo mientras acomodaba su cara sobre mi hombro con su boca al ras de mi oído—Sácame de aquí, no quiero accidentes—Dijo con su voz ebria y soñolienta sin dejar de moverse sobre mi.


Lo empujé haciéndome el que no quería, pero pesaba demasiado; su enorme cuerpo apenas y dejaba moverme, intenta retirarlo y el solo soltaba pequeñas carcajadas poniendo todo su peso sobre mi para que no pudiera levantarlo.


—Ya, wey, quítate—Forcejeé, al intentar moverlo su cuerpo se corrio dejando su paquete casi sobre mi ombligo, podía sentir sus fuertes latidos punzando mi piel.


Sus duros pectorales estaban casi en mi cara y mis ganas rebosaban cada vez más al sentir su penetrante olor a sudor.


—Quítate, o voy a obligarte a quitarte con formas que no te van a gustar—Le dije haciéndome al incómodo; cuando en realidad tenía el palo tan duro, de sentir un poco de lo que siempre había deseado.


—Inténtalo—dijo retórico; entonces hice caso a su petición, y metiendo mi mano a la fuerza entre sus piernas y mi ombligo, y sujeté su gordo miembro oprimiéndolo con fuerza suficiente para que le doliera.


El solo se rio y continuó haciéndose el hombrecito—¿Eso es todo? Mira, ahí te manda un saludo—He inmediatamente sentí como su verga latía entre mi puño; podía imaginarme ese gordo trozo con una cabeza gorda y llena de líquido viscoso.


—¿Entonces quieres más?—Entonces sujete su verga con más fuerza, y la moví de arriba abajo pensando que eso lo excitaría más.

—Eso en vez de hacer que me quite va a hacer que me quede—Dijo moviendo su pelvis, queriendo que siguiera haciendo eso; aprovechando que su pectoral estaba cerca de mi, acerqué mi labio a su pezon y le di una leve mordida.


Soltó un quejido, casi un grito—¡Wey, despacio!—Dijo, levantándose un poco para separarse de mi boca.

—¿No que no te ibas a quitar puto?—Le dije; a lo que volvió a recargar su torso sobre mi diciéndome que podría hacerlo de nuevo pero con cuidado.


—Creo que esto no está resultando—Dije, al sentir que su pezón volvía a estar sobre mis labios.

—Te dije que esto sólo iba a hacer que no me quiera quitar primo—Entonces succioné su botón, vaya que tenía ganas de hacerlo, sentía su rico olor a axila muy cerca, mi mano seguía oprimiendo su verga, y el solo se dejaba consentir.


Oí un gemido, le estaba gustando sentir mis labios expertos; hacia círculos al rededor de su areola, luego succionaba, y terminaba con múltiples lengüetazos en su pezón; pude escuchar un “que rico” susurrado muy bajo en mi oído.


—¿Ya te vas a quitar? —Pregunté—¿por qué puedo obligarte peor y eso si no te va a gustar.

—A ver, inténtalo—Dijo ya con una voz más seductora.


Entonces, intenté meter mi mano dentro de su pantalón, pero su cinturón estaba muy Justo—Cielos, no podré torturarte más, esto está muy apretado, creo que has ganado—Le dije al notar lo

Inútil que era tratar de penetrar su pantalón.


Entonces metió su mano haciendo un lado la mía, se escuchó el ruido del metal de la hebilla siendo desajustada, luego el ruido de la cremallera, y el forcejeo para desabrochar el botón—A ver, intenta ahora.



Ya lo tenía en donde quería, no sé si era el alcohol, o si en verdad era bisexual; era lo de menos en ese momento: Metí mi mano pasando por su caliente ombligo, sentí la tela del pantalón, inmediatamente tope con su verga  resguardada en una tela delgada... bajé de más mis manos, sentí sus gordos huevos; ahora estaba claro que el

Paquete que se le marcaba era real.


Toque lo pliegues de sus calzones, noté que se trataba de una trusa; algo que me encantaba de él es que usaba demasiadas trusas, de esas sexis que promocionan modelos de marcas conocidas.


Presioné con fuerza y comencé a subir y bajar su duro miembro; estaba muy erecto, incluso las venas se sentían sobre la tela, introduje un dedo en el elástico, pude sentir su gorda e inflamada cabeza, estaba muy húmeda, era notorio que estaba muy excitado.


De pronto sentí su barbilla muy cerca de mi oreja, su nariz bufaba como un toro agitado.


Regresé mi boca a sus pezones y cada vez que mi lengua daba cuentas sobre uno de ellos soltaba gemidos masculinos que me llevaban a otro nivel de excitación.


—¿Entonces te vas a quitar o sigo?— Le dije para continuar con aquel juego que estábamos teniendo.

—Sigue intentando hacer que me quite—Mientras él intentaba no cortar lo que decía, introduje toda mi mano dentro del calzón, apenas y cabía su verga, parte de la cabeza ya asomaba en el borde de la trusa; la tomé con todo el puño y con movimientos un poco incómodos comencé a tirar de arriba a abajo de ella.


De pronto sentí sus labios cerca de mi lóbulo, animándose a lamer y a besar mi oreja; era una de mis partes erógenas más sensibles, lo que ocasionó un gemido que retumbó en el cuarto.


Por la forma de mover su lengua dentro de los canales de mi oreja deduje que debía ser todo una bestia con los besos y el sexo oral; tenía mi mano llena de precum, moría por lamer mis dedos con el sabor a Alex.


—De está forma de me complica seguir intentando quitarte.

—¿Ya quieres que me quite?—Dijo pensando que me estaba incomodando.


—Si quiero que te quites... pero la ropa, para que estés más cómodo.

—¿y por qué mejor no me la quitas tu primo?


Mis ojos se abrieron al escuchar tal insinuación; con mi cuerpo lo empujé dejándolo boca arriba, el estaba tan cooperativo, que se dejó tan manejable para hacerle lo que quiera.


Ya traía el pantalón a medio abrir, se llevó las manos hacia tras de su nuca, me deslicé sobre él y con mis manos tiré hacia abajo sus ajustados jeans, era un poco difícil debido a sus musculosas piernas.


Me ayudó levantándose un poco para retirar su ropa; era un monumento verlo con su trusa gris sobre alzada con tal erección, tenía las piernas abiertas y yo quería disfrutar de su olor, de su sabor y de cada milímetro de su cuerpo.


Subí por sus piernas besando sus ingles y olfateando muy cerca del límite entre el calzón y su piel, olía tan Rico, un aroma a macho limpio con un toque de perfume, lamí sus huevos sobre la tela, haciendo que soltara un gemido mientras mi lengua iba llegando sobre su enorme miembro saltón.


—¿Te gusta?—Pregunté, asintió con la cabeza y con una sonrisa pícara mientras bajaba lentamente su trusa.


Fui más astuto y decidí no bajar esa trusa, metí su verga de nuevo en ella, me costó algo de trabajo por su tamaño, tenía otros planes aprovechando que lo tenía caliente; estaba donde yo lo quería, lo noté confundido, entonces me quité los calzones y me trepé sobre de él dejando mis nalgas majando su paquete.


Me recline sobre de él dejando mi cara frente a la suya—¿Entonces no te vas a quitar? —Le dije mientras movía mi culo sobre su erección. —No, ¿Que harás al respecto? —Entonces sus labios y los míos, se estrujaron salvajemente, nuestros alientos se mezclaron. Fue un beso salvaje y apasionado, en el puse toda el deseo contenido desde que miré a Alex convertido en todo un hombre. Me anime a besarle el cuello, a acariciarle el pecho, baje mi mano por todo su torso hasta llegar a su entrepierne donde estaba esa verga que tanto deseo me producían, metí mi mano entre la trusa, ya la tome en mis manos completamente erecta, la sentí caliente y con vida, sus pulsaciones me indicaban que Alex estaba muy excitado. El me paso, sus manos por la espalda, hasta llegar a mis nalgas , las que acaricia ardorosamente, manejándolas con sus grandes manos y oprimiéndolas con fuerza. Pasó un dedo entre mi raya, y me punteo el culo, lo que me hizo sentir una sensación de gozo inexplicable, por lo que no pude reprimir un gemido. — ¿te gusta?—me pregunto— ¿a caso eres virgen?—apenas podía enfocarme en sus preguntas, pues sus grandes dedos ya hurgaban en mi ano. Yo le conteste que me encantaba como me metía el dedo, y era virgen, pues en las pocas cogidas que había tenido siempre había figurado como el activo. —¿ Entonces mi verga será la primera que pruebe tu culo?—Me dijo muy excitado— Yo nunca he tenido sexo anal, así que igual serás mi primer culo. Eso me emociono sería yo el primer culo en probar ese suculento trozo de carne  que mi Alex traía en la entrepierna—¿sabes que quiero? Que me rompas el culo—Le dije al oído, acabando con una lamida dentro de su oreja. Bajé al nivel de sus piernas, como pude le quite trusa, dejando al aire una hermosa verga de 20 cm, que retóricamente se erguía con la cabeza violácea, unas venas remarcadas, que surcaban la verga a todo lo largo, unos hermosos y gordos huevos limpios y depilados, tal y como yo los había soñado en mis noche de lujuria, pensando en Alex. Era un hermoso espectáculo ver esa hermosa verga por fin en vivo para mi solito. Lentamente pase la lengua por la cabeza, a lo que Alex respondió con un gemido, arqueando el cuerpo hacía adelante, como invitándome a mamarle la verga. No lo hice esperar; besé y recorrí con la punta de mi lengua todo el largo de ese portentoso pene, de un lado y del otro. Una y otra vez. Hasta que finalmente abrí mi boca cuanto pude y me lo metí el la boca. Mi primo gimió fuertemente y yo sentí su excitación en la vibración de su verga. Mi lengua comenzó a trabajar sobre su tronco, y mi boca trataba de tragar todo la extensa y gruesa extensión de esa maravilla. Lo mamé por completo, como si lo quisiera exprimir. Alex se revolvía sobre su espalda, levantaba su pelvis, gemía. De la forma en que Alex se retorcía, y me pasaba la mano por mi nuca, revolvía mi pelo y gemía, se deducía que estaba gozando como nunca. Alex empezó a meterme y sacarme la verga de la boca ritmícamente como si me estuviera cogiendo por la boca y decía lo bien que se la chupaba mientras seguía con su rítmico mete y saca de mi boca. En el cuarto se oían los gemidos de Alex, mi boca le estaba dando un placer supremo. Luego de mamarle la verga cerca de 15 minutos, el chico me anunció su inminente pronta venida. El quería que me detenga pero yo quería saborear su rica leche, así que ejercí mayor succión y agilice mis movimientos; chorros de leche inundaron mi boca hasta atragantarme, sus contracciones abdominales iban cesando al ritmo que dejaba de salir leche. Me bebí todo el semen, disfrute gota a gota la leche que mi muchacho me había regalado. El quedo exhausto en la cama, era tanta mi excitación que yo también había tenido una eyaculación. Me subí junto a el me acurruque a su lado y empecé a acariciarle el pecho. Me tomó de la cabeza y me llevó de nuevo mi boca a su verga, de nuevo chupe la verga semi flácida  hasta volver ponerla en erección, entonces, Alex me dijo— te voy a coger, te voy a destrozar el culo, hoy mi verga es tuya , que dices? — Has de mi culo lo que quieras, hoy soy tuyo —aceptando mi condición de pasivo, y queriendo realmente ser la puta de Alex por esa noche, me dejé guiar por su insaciable sed de sexo. Para esto yo le acariciaba todo el cuerpo sintiendo sus duros músculos, le bese el cuello, las tetillas, el abdomen, la espalda, me sentía realizado era lo que yo quería, acariciar ese cuerpo juvenil que era solo para mi. Luego me indico que me acostara en la cama, me puso bocabajo, y con la lengua comenzó a recorrer mis nalgas, metiendo la lengua en mi culo, ¡ era sensacional sentir su lengua, lamer mis nalgas, y sentir lo rasposo en mi ano, sentí escalofríos en todo el cuerpo al sentir las caricias sobre mi espalda, luego me paso la lengua por la espalda baja hasta llegar a mi cuello, restregando su verga entre mis nalgas y acabando con besos en el cuello , y mordidas en las orejas. —¡Ya por favor métemela!—no aguantaba mas, yo quería sentirlo dentro de mi. —tranquilo primito, aquí el macho soy yo, y yo decido a que horas te meto la verga—me mataban sus palabras y su aún olor impregnado de alcohol. Me giró para tenerlo de frente, me sonrió maliciosamente, estaba sentado sobre mi pecho con las piernas recargadas sobre el colchón, lentamente me pasaba la verga por la cara, por la nariz, por los oídos, por el cuello, por las tetillas, yo abría la boca y golpeteaba su verga en ella, luego me dejaba lamerla un poco, me la metía de golpe a la boca, dejándome casi sin aire y luego la sacaba para repetir la acción. Se hizo hacia atrás dejándome desconcertado al tomar mi verga junto a la suya para masturbarlas juntas, mojó la cabeza de la mía con su propio precum, y tiro de ambas para jalarlas juntas; era algo tan excitante que no esperaba, parecía disfrutarlo; mi verga era tan regular al lado de su bestia venosa. Me puso boca bajo de nuevo, el estaba jugando su juego; restregó la verga en la nalgas, puso la cabeza de su miembro  en la entrada de mi culo, hizo una leve presión y sentí como la redonda ,caliente y gruesa cabeza intentaba entrar, yo me aventé para atrás para ensartarme solo, pero era demasiada gruesa para entrar de golpe —Métemela ya!!—le dije. —todavía no primito, no es cuando tú quieras. Puso sus grandes manos entre mis nalgas, jugando con ellas, haciéndome sentir como una descarga eléctrica en el cuerpo, metió un dedo en mi culo lleno de saliva, luego dos hasta dilatarme lo suficiente. Cuanto sintió que ya estaba listo, Alex me dijo — Muerde este tela, es probable que te duela, aunque trataré de metértela despacio. Se puso detrás de mí me abrió las nalgas, y puso la cabeza de su enorme verga en la entrada de mi culo, la penetración era inminente , sentí el calor de su verga que me quemaba el culo, sentí su redondez en la entrada de mi ano, pero no me la metió, me la pasaba lentamente por entre las nalgas, me rozaba mi culito, me la untaba de arriba abajo. Sentí la primera embestida de Alex , la cabeza de su verga me había entrado a la mitad, estaba empezando a perder la virginidad con la verga de mi primo, sentí como los pliegues de mi culo se ensanchaban para darle cabida a esa verga que tanto había deseado…. Pegué un gemido de dolor. Alex amoroso, acariciándome las orejas y besándome el cuello, se detuvo y me dijo tiernamente—ya entro la puntita, aguanta ya veras que los dos lo vamos a disfrutar. Dio otra embestida y sentí como su enorme verga milímetro a milímetro se alojaba en mi culo, hasta que entro la cabeza totalmente, el dolor era intenso, pero el deseo de ser poseído por Alex era superior a cualquier dolor, así que aguante el dolor….Alex se detuvo y tiernamente me dijo—ya entro toda la cabeza , disfrútalo. Sentía ese fierro candente, sentí como mi esfínter se cerraban en los bordes del glande de la verga, misma que estaba alojado en mi culo. Después del dolor inicial, pude sentir como esa verga tan deseada por mi, se iba alojando en toda su extensión en mi estrecho y hasta entonces virgen culo, se me hacía increíble como mi virgencito culito, pudo alojar semejante verga, pero sí, ahí estaba yo ensartado de la verga de mi mi primo. Alex, una vez que me metió toda la verga, empezó rítmicamente a moverse, metiéndomela y sacándomela lentamente, yo me sentía en el cielo. Por fin Alex me estaba cogiendo, se había cumplido. me pregunto entre gemidos de placer —¿ ya no te duele? ya tienes mi verga donde la querías, ¡ toda adentro ! Yo le conteste entre el placer—ya no me duele , ¡ métemela más, clávame hasta lo huevos—Alex frenéticamente me bombeaba más fuerte, yo me sentía desmayar de tanto placer. Luego me la saca, con ternura me pone a orilla de la cama, me levanta las piernas y subiéndoselas a sus anchos hombros me ata a el, y de un solo golpe, me metió toda la verga de nuevo hasta el fondo, casi hasta los huevos, yo pegue un grito de placer, y empecé a mover el culo para recibir su embestidas. Alex bufaba como toro en brama, cogiéndome con tal fuerza que estuvimos a punto de caernos de la cama, mientras me cogía yo le veía su bello rostro extasiado de placer, con una expresión salvaje. — Que apretadito estás, que rico aprietas, de lo que nos habíamos perdido… Luego me saco la verga de nuevo, se acostó boca arriba, detuvo su vergota apuntando al techo de la habitación y me ordenó, subirme sobre de él—cabálgame, ensártate tu sólo. No lo pensé dos veces y sentándome sobre de el con mis manos abrí mis nalgas y me dejé caer de un golpe sobre su vergota, la sentí hasta el estómago, luego empecé frenéticamente, a cabalgarlo, controlando yo la embestida de su verga, su hermoso rostro estaba desfigurado de tanto placer, y ya no pudimos más y entre nuestros gemidos. Abrazándonos y acariciándonos, nos derramamos nuestra leche al mismo tiempo, el dentro de mí, sentí chorros de su leche caliente de macho inundaban mis entrañas, yo me derrame en su pecho con la ayuda de su mano. Juraría que no era la primera vez que se cogía a un hombre, me levante para ir a asearme, y en el camino el me alcanzó desnudó, cruzamos con cuidado el cuarto donde dormían mis padres y nos metimos al baño para ducharnos. Ya eran altas horas de la madrugada, entré directo a la ducha y me lavé el culo, aún sentía su gran pene dentro de mi, el llegó por detrás y jalo de mi cintura llevando mis nalgadas a hacia su verga, recargo su cabeza sobre mi cuello y me lamió un poco. No tardó mucho para que de nuevo estuviera erecto; pero yo estaba ya cansado, el notó mi llama apagada y tomo de mi verga cruzando su mano intentando ponérmela dura, beso mi espalda y fue bajando una vez más para darme un rico beso negro. Estaba logrando su objetivo cuando tocaron la puerta —¿Alejandro, eres tu mijo?—Era mi padre, inmediatamente a ambos se nos bajó, y nos quedamos mirando la puerta sin seguro. —Si tío, ando bañándome, es que salí con mi novia y se nos hizo tarde. —Bueno, para la próxima solo intenta avisarnos ¿tardarás en el baño? Necesito usarlo. Estábamos muy nerviosos, pues seguro mi padre esperaría a que saliera para usar el sanitario. —¿Que hacemos?—Me preguntó Alex. Inteligentemente le dije que le dijera que le golpearía la puerta de su habitación para que supiera que ya desocupó el cuarto. Por suerte tomo esa opción y nos dio tiempo de ponernos las trusas y salir disparados a la habitación.

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EL TRAILERO.

6 Comments


Ders alexan_13
Ders alexan_13
Feb 12, 2021

Estupendo relato, buenísimo para tener continuación 👏 👍 👌 😉

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Eliot  Perez
Eliot Perez
Jan 28, 2021

Espero pronto escribas el capitulo 2 , 3 y todos los ke sigan ,muy exitante historia

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AGA ESPINOSA
AGA ESPINOSA
May 11, 2020

Que rico primo, yo lo hice con tres de mis primos, si hermanos obvio un x uno, pero no me gustó no son dotados, quiero por favor saber más, espero 2da parte 😍

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Franco
May 02, 2020

Quiero la otra parte

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Ronal Osorto
Ronal Osorto
Apr 28, 2020

Quedó inconclusa! será que tendrá segunda parte?

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