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Foto del escritorThe Bridge

ENTRE COMPADRES



Ricardo es mi amigo desde la juventud, esa amistad creció, que cuando nos casamos el me pidió que fuera su compadre y desde entonces hemos sido grandes amigos y compadres; toda una hermandad.  Ya casados, solo en ocasiones nos reuníamos para ir a tomar la copa, muy esporádicamente. La última vez que nos vimos, me comentó que tenía muchas ganas de ir a Table Dance que quería ver mujeres, que deseaba ver algo nuevo distinto a su esposa. Nuestras esposas sabían que solo salíamos a tomar la copa nada más, Así que nos pusimos de acuerdo para iniciar esa aventura que por ser prohibida excitaba más. Era viernes cuando llegué al negocio de mi compadre, eran como las 10 de la noche, estaba cerrando el negocio, él tiene un café internet.— ¿Como esta compa? —Le pregunte. —Ya casi termino compa, cerramos y nos vamos. —Me contestó. Cerramos, nos subimos a su carro y visitamos varios lugares, entrabamos para comprobar como estaban las chicas. En el primero que fuimos era muy caro pero había unas bellezas bien jovencitas en tanga pero con unas chichis en carencia. Seguimos buscando pero nuestra economía no se ajustaba a lo que estábamos buscando, terminamos en un antro de lo más bajo, eso si las viejas andaban todas encueradas pero bien feas. Decidimos terminar con nuestra búsqueda y nos resignamos solamente tomar unas cervezas. Me invitó a su negocio, pues nuestras esposas sabían que regresaríamos hasta el siguiente día, en el auto mi compadre venia comentando lo de las chicas de cada Table y pude percatarme que venía bien excitado, momentáneamente mire entre su entrepierna y vi que algo se le abultaba, yo también venia al cien por ciento caliente, traía la verga bien parada. Empezamos a tomar, conversábamos sobre temas diversos pero siempre terminábamos hablando de sexo, seguíamos calientes los dos, terminamos la primera cerveza y creo que eso nos desinhibió un poco, me paso la otra cerveza y sin querer su mano tomo la mía. Pero no se, por que no la retire, me quede callado mirando su mano.  Sin levantar mi mirada vi que no quitaba su mano, es más la comenzó acariciar, me ruborice, levanté mi mirada y vi que su cara estaba a escasos centímetros de la mía, vi sus ojos claros que me miraban con lujuria. No sé si era la cerveza, o la sensación de experimentar algo prohibido y nuevo que hizo que siguiera con el juego, pero me quedé pasivo sin hacer nada, besó mis labios y pude sentir como temblaba, al principio solo fue un roce, pero después su lengua intentaba introducirse en mi boca, abrí mis labios y experimenté el sabor de su saliva, muy diferente a la de mi esposa, con ese sabor a cerveza que estábamos tomando. Al principio mi lengua no respondía a la suya, pero después empecé a participar de su juego. Así como estábamos sentados nos fuimos incorporando hasta quedar de pie sin separar nuestras bocas, nos abrazamos y juntamos nuestros cuerpos. Después pude sentir como acariciaba sus manos mi espalda, después fue bajándolas hasta aprisionar mis nalgas juntando su bulto con el mío, lo froto una y otra vez. Nos separamos sin decir nada, no lo pensé y delante de mi copa me quite toda la ropa quedando completamente desnudo, el me imitó y quedó completamente desnudo. Mi compadre es güero y yo moreno, si nos hubieran visto que diferencia de cuerpos, pero había algo que solo me importaba y era su arma de que calibre era, la mía he de confesarlo es de bajo calibre, pero que importa. Mi mirada se posó en su gran polla que era más grande que la mía, estaba circuncidada, la tenía bien parada, ese glande rojo como una lanza esperando pelea, se podía ver que ya dejaba ver algunas gotas de su rico jugo. Su pelo púbico rojizo y chino donde colgaban sus huevos y ese escroto que pedía que lo acariciara. Mi compadre tomó la iniciativa y volvió a besarme, pero esta vez el sentir su cuerpo desnudo sobre el mío, su pelo en pecho se frotaba con el mío, y sus pezones rozaban el mío, se sentía extraño, pero muy rico, mi manos acariciaban su espalda y el la mía, baje mi mano y toque sus nalgas duras; su esposa siempre lo molestaba por ser tan nalgón, y he de confesar que las mías estaban igual o mejor de ricas. Bien dice el mito: si no te toca mucho por delante, te toca mucho por detrás. Y ese era mi caso.  Mi compadre me imitó pero él fue más allá pues introdujo uno de sus dedos en mi ano, me relajé para facilitarle la entrada, he de confesar que con mi mujer ya habíamos hecho algunas perversiones y en una ocasión ella me introdujo un vibrador y fue una agradable experiencia, aun asi como no había lubricación no logró mi compadre introducirlo mucho, también intenté introducir un dedo en el ano de mi compa, y lo oí emitir sonido de placer, pude sentir los pequeños bordes que conforman su orificio, que bien se sentía… Juntamos nuestras vergas y nos las frotamos durante un buen tiempo, mientras nuestros dedos experimentaban el el culo del otro.  En su negocio mi compa tiene un sillón grande, lo invité a que se acostara, y comencé a besar su cuerpo, él se quedó quieto cerrando los ojos, besé sus pezones, después saqué mi lengua jugando con ellos un buen rato, ya no pude más y tome su gran polla con mi mano derecha y con los dedos de mi mano izquierda comencé a masajear primeo el glande, posteriormente tome el pescuezo hasta llegar al escroto y empecé acariciar sus testículos, sin prisa, quería disfrutar el momento, que rica era la sensación de tener en mis manos otra verga que no sea la mía. ¿Por que nunca se me ocurrió experimentar así cuando por mi aspecto varonil, muchos homosexuales me tiraban los perros? No pude más y baje mi cara a su vientre para ver más de cerca aquella polla, sin dudarlo puse mis labios en su punta y comencé a besarla desde el glande hasta los testículos, que sensación tan placentera, podía escuchar a mi compadre gemir. Saqué mi lengua y jugué con ella; en su verga pude saborear ese sabor tan característico, abrí mi boca y la fui introduciendo toda hasta que la punta toco mis amígdalas, quería tenerla toda adentro, comencé a mamarla como una puta, como lo había visto en el internet, la ensalivé toda y la dejé toda mojada para lograr mi objetivo. Miré a mi compadre a los ojos, me miró como si me suplicara que hiciera lo que estábamos pensando ambos, puse saliva en mi ano lubricando la zona, me monté en él como si fuera un potro; primero sobre sus estómago, le lance una mirada de lujuria, empecé acariciar mis pezones, mis muslos, mis testículos y mi verga, que la tenía bien parada, se la acerque a su cara y abrió su boca y empezó a mamarla con gran desesperación, la retiré de su cara y se la pase por todo su cuerpo.  Abrí mis glúteos para que pudiera ver mi anito ya lubricado por la saliva. Por fin coloqué la punta de su estaca en la entrada de mi orificio, me relajé y comencé a sentarme sobre aquella lanza roja dura llena de venas. Sentía como iba entrando centímetro a centímetro en mi esfínter, sentía su calor que me iba inundando todo el cuerpo, esa sensación de tenerla dentro de mí me volvía loco. Por fin entró en toda su longitud, vi sus ojos de mi compadre; incrédulo que hubiera entrado toda;  mis glúteos sentían su pelo púbico y sus bolas, ¡¡¡dios mío!!! que increíble sensación, sentía como palpitaba su verga incrustada en mis entrañas. Miré a mi compadre como esperando su aprobación, con un movimiento de su cabeza dio pie a lo que ocurría  y empecé a moverme subiendo y bajando sobre ese pistón duro y palpitante, empezamos a gemir ambos con cada arremetida que daba su miembro dentro de mí. Duramos no sé cuánto tiempo así, hasta que mi cuerpo ya sudoroso sintió que algo explotaba dentro de mi colon inundándolo de un líquido caliente anunciando que mi compadre había terminado; lo escuche emitir un gran grito de placer. Pare mi vaivén y me recosté en su pecho, todavía sintiendo sus descargas de esperma en mi; Su miembro comenzó a perder rigidez y fue abandonando mi ano que quedo todo dilatado vomitando el semen que mi compa había depositado. Me levanté y vi como escurría ese líquido por mis piernas y le dije a mi compa—A hora me toca a mí. Acto seguido mi compa se puso de chivito en el precipicio dejándome ver en todo su esplendor sus buenas nalgadas blancas, las separé y pude ver su ano más oscuro que su piel, lleno de pelos güeros alrededor, eso me excito más, con el líquido que seguía saliendo de mi verga y algo de saliva comencé a lubricar todo su ano hasta dejarlo completamente lubricado, posteriormente puse la punta de mi verga en la entrada y empecé a empujarla para introducirla, me costó trabajo pero como no es muy grande termino entrando toda, que rico se sentía su esfínter apretar mi miembro, y comenzó nuevamente el entra y saca, veía como esas nalgas güeritas se comían mi pene. Por fin exploté con una gran venida, lentamente la saque y pude ver su cola toda abierta escurriendo semen como agradeciendo el placer que le había dado. Nos levantamos y nos vestimos en silencio, no hablamos mucho, nos tomamos una cerveza más. Al despedirnos solo le dije —Lo que paso aquí se queda aquí. El me contesto—Ya no me acuerdo—traía una sonrisa muy risueña y coqueta que me hizo entender que le había gustado; y que quizá en un futuro volveríamos a repetir. Al llegar a casa todavía algo mareado por lo de las cervezas, pensaba lo que había sucedido en el negocio de mi compadre Ricardo. Me metí a bañar y al ir cayendo el agua sobre mi cuerpo limpiando los fluidos que habían quedado en mi cuerpo de mi compadre, me vinieron a la mente esos momentos que pasamos juntos, podía sentir nuevamente su lengua jugando con la mía, y de cómo jugaba esta con mis pezones… volví a experimentar una nueva erección.  Me vino a la mente su verga blanca y con esa punta de flecha roja que dejaba escapar unas gotas de su elixir de vida cuando la vi por primera vez… Recordé cuando la tuve en mi boca tocando mis anginas que casi me ahogaba, recordé su sabor, ese sabor que no había experimentado, y me vino a la mente una perversión. saborear el semen de mi compadre. Automáticamente llevé mi mano derecha a mi verga que ya estaba bien parada y empecé a subir y bajar para darme placer yo mismo, después baje mi mano izquierda a mis nalgas sobándolas de forma circular aumentando mi placer, sin dudarlo con mis dedos separe mis glúteos y con el dedo índice pude recorrer toda su textura, sus pliegues rugosos que le daban la bienvenida, lo coloqué en la entrada de mi orificio y poco a poco lo introduje, no opuso mucha resistencia , después hice lo mismo con el dedo medio, afloje mi esfínter y pude introducir también el anular. Mi ano aún tenía residuos de mi aventura amorosa que había tenido con mi compadre; Eso aumento más mi excitación y dio paso a una gran eyaculación, saliendo de mi verga el elixir de la vida, lo tome con mi mano lo más que pude recolectar, cuando termino mi miembro de escupir su blanco líquido, inmediatamente lo vertí en mi frente para que escurriera por toda mi cara, hasta llegar a mi boca, con mi legua lo fui recibiendo, degustándolo para que finalmente pudiera tragarlo todo… ¿Sería igual su sabor al de mi compadre? Ya exhausto me fui a dormir muy relajado.  Pasaron los días y no tenía noticias de mi compadre, pensé que ya se había terminado la amistad, pensaba llamarlo pero tenía miedo de confirmar que ya no pudiera ser mi amigo. Paso una semana y sonó mi celular, era él, me saludó efusivamente, y me propuso que fuéramos a chupar de nuevo, quedamos de vernos esa noche. Yo estaba nervioso pensando que si se volvería a repetir lo de la salida anterior, y todo el día me puse a pensar perversiones para nuestro nuevo encuentro, me metí al internet para darme algunas ideas. De nuevo pasé por el a su negocio eran como las diez de la noche, ya estaba bajando las cortinas y colocando los candados. En el bar estuvimos platicando temas diversos, hasta que llegamos a lo inevitable.  Me preguntó—¿que fue lo que sucedió la otra noche en su negocio? —Mi respuesta fue —me gustó —No hablamos más y pagamos la cuenta, me dijo en el auto que era algo incómodo el sillón de su negocio que quería un lugar más cómodo, le ofrecí ir a mi casa de descanso que tenemos en el estado de México que solo la usamos algunos fines de semana para descansar y nos enfilamos hacia ese lugar. Entramos a la casa y antes de cerrar la puerta mi compadre ya se me había echado encima, besándome y tratando de quitarme la ropa, lo separé con ternura y le susurré al oído que teníamos varias horas que disfrutáramos cada instante. Fui a la cantina y saque dos caballitos, una botella de tequila y brindamos por nuestra amistad y vaciamos nuestros vasos; lo invite a pasar a bañarnos, me siguió. Fuimos despojándonos de la ropa hasta quedar desnudos, nuevamente me encontraba con esa estaca erecta, con su punta roja pidiendo un acción. Abrí la regadera y esperé que se fuera calentado y tomara su temperatura ideal, tomé de su miembro a mi compadre y lo lleva hacia donde caía el agua para que se mojara por completo, tomé shampoo y le lave su cabello, con una esponja que previamente había enjabonado comencé a lavar su cuerpo: primero el cuello, su espalda, su pecho, sus nalgas sus muslos y pies. Volví a enjabonar la esponja y en esta ocasión mi objetivo era limpiar bien su arma de guerra como funda. Me puse de rodillas enfrente de mi compa y comencé a lavar su verga con la esponja y pude comprobar que estaba dura erecta y palpitante, después me dirigí a la retaguardia, separe sus nalgas y pude ver ese año apretado, como si tuviera vergüenza de que lo haya visto, introduje mi dedo medio previamente enjabonado para lavarlo bien, cuando entraba y salía mi dedo oía gemir a mi compadre de placer, ya su verga dejaba escapar algunas gotitas de líquido seminal. Una vez limpio no pude contenerme y separé sus nalgas e introduje la punta de mi lengua en esa abertura, mi compa emitió un gemido de placer al sentir la invasión de su esfínter por mi lengua, hundí mas mi cara entre sus nalgas para ganar más espacio de mi lengua en su orificio, sentía como se estremecía con cada centímetro que entraba de mi lengua sus gemidos de placer aumentaban más y más. Terminé de bañar a mi compa y  le tocó el turno a mi compadre para enjabonar mis partes, pero el decidió colocarse detrás de mí y agarrar mis pechos con las manos jabonosas y besarme la nuca y el cuello. Era increíble, se sentía muy rico; sentía su miembro frotarlo en mis glúteos pero sin penetrar mi ano, por fin terminamos de bañarnos nos secamos, nos dirigimos a la recamara. De pie los dos desnudos con las vergas bien paradas nos dimos un gran beso, nuestras lenguas jugaban al mismo tiempo nuestras armas se frotaban confundiéndose nuestros bellos púbicos solo se diferenciaban por el color. Me puse en cuclillas y acerqué mi cara a su miembro, para sentirla en mi frente, en mis mejillas, en mis labios; la tomé como si fuera una paleta y la comencé a lamer despacio guardando en mi memoria cada relieve y textura de aquella formidable joya. La introduje en mi boca solo la punta y con mi lengua recorrí todo su cabeza, me quedé unos instantes jugando con su cabeza, posteriormente la saqué y con mi lengua desde la base de su mástil hasta la punta la fui recorriendo, con mis manos tomé sus nalgas para tener mayor equilibrio, metía y sacaba su tranca en mi boca, dándole movimientos circulatorios, la sacaba y la ensalivaba para después tomarla con ambas manos dándole masaje, mi compadre tomo mi cabeza e introdujo más su lanza en mi garganta, en esta ocasión pasando más allá de las anginas, sentía que me ahogaba podía sentir su glande gordo y rojo, cada vez que lo introducía más, estimulaba la salivación y ya empezaba a escurrir por sus bolas, saqué su enorme verga de mi boca y con ambas manos le hacía un masaje masaje para brindarle más placer. Me levanté y me subí a la cama; me puse de a perrito invitando a mi compa a que atacara, él se acercó, me dio una nalgada, abrió mis glúteos buscando el hoyo para darme placer; le escupió para lubricar , colocó la punta de su flecha en la entrada de mi ano y arremetió con fiereza, como un toro enfurecido; con su mano derecha me agarró el pelo y como si fuera la rienda de un caballo comenzó el juego de mete y saca;  con su otra mano  en mi cadera, jalaba había el para que en cada arremetida entrará más a fondo de  mi. Comencé a gritar con cada metida que hacía, pero creo que gritaba porque no quería que la sacara. ¡Dios que rico sentía! Me estaba partiendo el culo con su hacha de una forma descomunal; con los ojos en blanco de placer sentía como mi compa movía su cuerpo y sus testículos golpeaban mis nalgas como reclamando que ellos también querían entrar. Con mis manos apretadas podía sentir la fricción de su camote en mis entrañas aumentaba el calor de mi cuerpo. Era tan placentero que baje las manos al piso dejando la mitad de mi cuerpo sobre el colchón quedando más levantado mi culo para una mejor penetración, mi compadre se acomodó y con ambas manos tomo mi cintura, se levantó un poco más y empujo con más fuerza. Pude sentir el peso de su cuerpo y su espada que entraba más y más profundo. Mi compadre estaba todo adentro de mi.  Saco su cabezón de mi ojete, me subí nuevamente a la cama é invité mi compa a que me acompañara. se puso en 4 patas y me pidió que pusiera mi amiguito en su boca, así lo hice, lo tomó con desesperación como si fuera un bebé que busca el pezón de su mama, tomé su cabeza, después con mis dedos fui acariciando su pelo,  ¡que rico succionaba! podía sentir como su lengua jugaba con la cabeza hinchada, fui bajando mis manos hasta sus nalgas y las empecé a apretar, después puse abundante saliva en mis manos y con mis dedos lubrique su anito tratando de que se relajara para poderlo penetrar, le di una nalgada como indicarle nuestra siguiente posición.  Me acosté boca arriba con mi mástil bien erguido, mi compa quedo parado sobre mí y se empezó a poner en cuclillas hasta colocar la punta de su orificio anal en mi cabeza de champiñón y empezó en forma circular acariciar mi glande, podía sentir las arrugas de la entrada de su ano, ¡Dios mío! eso me encendió más , se detuvo, y comenzó a sentarse en él, poco a poco hasta que desapareció por completo en su cavidad. Comenzó a apretar y aflojar , que experiencia tan sabrosa, posteriormente empezó a subir y bajar, primero despacio y después más rápido, lo estaba disfrutando porque pude ver en sus ojos la lujuria que le embargaba, podía sentir sus nalgas golpear mi vientre, después sin sacar mi pito de su cola; se hincó dándome libertad de moverme y empecé a bombear ese culito sin piedad, oía a mi compadre pedirme más. Mi compadre levantó y me dio la espalda, nuevamente se puso en cuclillas e insertó mi verga de nuevo en su culo, lo introdujo lo más que pudo, me incorpore y tomé su verga en mi mano; jugando con ella mientras él introducía la mía en su ano. Podía ver sus nalgas y su orificio como se tragaba mi polla, su orificio estaba completamente dilatado.  Nuevamente cambiamos de posición, nos levantamos de la cama y en esta ocasión tome con ambas manos su verga dura entre mis manos, le di masaje circular para que siguiera rígida, subí la pierna derechas en una cómoda que había en la recamara, doblé mi rodilla,  abrace a mi compadre mientras yo  llevaba con mi mano la punta de su verga a mi culo, lo introduje lo más que pude, el comenzó a meter y sacar, dios mío que sabroso se sentía volverlo al  tenerlo adentro. En esa posición nos comenzamos a besar, nuestras lenguas jugaban con gran pasión, mi manos sobaban sus nalgas y en algunas ocasiones introducía mis dedos en su culo. Sacó su verga de mi culo y después tome una almohada y la puse en el piso cerca de la cama , me acosté y puse mi cabeza en ella y levante las piernas al cielo dejando mis nalgas expuestas a mi compa—Métela toda—Le dije. Mi compadre se sentó al borde de la cama y tomo mis muslos y atrajo mi culito a la punta de su verga y de un solo golpe la introdujo en mis entrañas, sentí que ya no podría seguir… tomé mi verga y comencé acariciarla al compás de las arremetidas que me daba mi compa, no pude más; mi verga explotó vomitando semen por todo mi pecho, al mismo tiempo sentí la descarga de su leche  en mis entrañas, sin dudarlo retire mi ano de su verga, me incorpore rápidamente y él se montó sobre mi;  tomó algo de mi semen con su dedo y lo llevó a su boca para sentir el sabor de mi leche. Que rica sensación sentir a un macho calado sobre tu cuerpo. Esas piernas gruesas, esas nalgas musculosas, y esa cara varonil con barba a días de ser rasurada.  Nos incorporamos nos bañamos y regresamos a la ciudad. Pasamos de ser compradores a amantes secretos. Las reuniones familiares seguían siendo recientes; más de lo normal. Tuvimos que guardar el secreto por el resto del tiempo, ambos teníamos mucho que perder. Aun que en cada reunión siempre había un minuto, o un instante para robarle un tiempo para los dos. Las visitas a su negocio y a mi casa de descanso eran cuando menos dos veces al mes. Al principio casi cada semana. Al día de hoy seguimos siéndolo y disfrutando el uno del otro. Estoy seguro que será un secreto para toda la vida; un amante secreto para el resto de mi vida. 



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EL TRAILERO.

3 Comments


Ders alexan_13
Ders alexan_13
Jan 15, 2021

No puedo evitar evitarme a full me fascinan estos relatos y me imagino siendo uno de ellos

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Julio Solis
Julio Solis
Nov 19, 2020

Sinceramente es excitante, me gustaria tener una oportunidad como esa.

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AGA ESPINOSA
AGA ESPINOSA
Nov 19, 2020

Excutante relató, eso quiero hacerle a un amigo que gusta mucho desde la secundaria, espero se pueda 😘

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