LA VISITA DE MI HERMANO

Esto ocurrió en el verano, como todos los veranos, al terminar las clases mis dos hermanos bajaban de donde estudiaban y siempre solía traer a algún amigo con ellos para que conocieran nuestra ciudad, durante los  quince días de vacaciones organizábamos viajes y actividades para mantenernos distraídos.

Mi hermano y hermana mayor vinieron desde España, ellos ya estaban en la universidad, estaban estudiando en Madrid, y ese año mi hermano llegó con su mejor amigo. 

Él era de Madrid, y quería conocer México, había venido para osar las vacaciones con mi hermano, el primer día que le vi me quedé petrificado de él, era guapísimo, y ¡Dios! qué cuerpo se entreveía debajo de sus vaqueros y su camiseta.

Era de la misma edad que mi hermano, es decir, tenía 27 años. Era moreno claro, de pelo corto puntiagudo, un corte estilo del año 2000, y unos ojos cafés brillantes, y una sonrisa pícara, aún recuerdo esos hoyuelos que se formaban al sonreír. Lo tenía todo, estaba buenísimo y era simpatiquísimo y agradable en plática. 

La casa es grande y teníamos dos habitaciones vacías, para cuando venía gente. Ramón, así se llama, dormiría en la habitación de invitados cuya ventana daba a la piscina, y que por la noche, con todo a oscuras se veía todo lo que ocurría dentro de la habitación, ¡claro! Si no bajabas las persianas.

Yo ya había tenido algunas experiencias con compañeros del instituto, pero habían sido muy tontas, masturbarnos en los servicios del instituto más que nada, nunca nos habíamos atrevido a más. 

La primera noche, cuando ya se habían acostado todos, salí al jardín para ver si le veía por la ventana, pero debí llegar tarde, no tenía la luz encendida y aunque esperé un buen rato, llegué a la deducción de que ya se había acostado.

A la mañana siguiente yo estaba dándome un baño en la piscina con un amigo de la zona, cuando apareció él, para bañarse también, la baba se me caía de la boca al mirarlo tan sonriente caminar con un bañador tan Justo que se le marcaba tremendo bulto entre las piernas, unas nalgas duras como rocas y las ganas de que ese hombre hiciera conmigo lo que se le antojara.

Un cuerpo perfecto, se notaba que hacía deporte y se cuidaba, los pectorales bien formados con un poquito de vello al rededor de los pezones , Unos brazos duros y muy proporcionados  , y por último sus piernas, vaya piernas, fuertes, fuertes, y llenas de vello claro. 

No pude evitarlo, aunque estaba dentro del agua, pero cuando le vi con ese mini bañador, marcando paquete y casi viéndose el vello púbico, no pude evitar tener una erección de inmediato. Se tiró al agua y charló con nosotros un rato, yo no podía salir del agua, estaba súper duro, menos mal que se fue, y al rato ya me bajó la erección.

Esa noche, salí justo cuando vi que se metía en su habitación, me coloqué justo detrás de un árbol que hay junto a la piscina, y desde donde se veía toda la habitación con la luz encendida. 

Esa vez había llegado en el momento justo, empezó quitándose la camiseta, y después los pantalones cortos que llevaba, caminó por el cuarto con unos calzoncillos blancos que le marcaban las nalgas mientras caminaba por la habitación. 

Sostenía el celular en las manos, sonreía mientras caminaba, y tratando de no ser atrapado, miraba lo más que podía; se tomo una selfie levantando la mano, entonces entendí que estaba teniendo una charla con su novia; o quizá estaba intercambiando fotos con Alguien.

No tardó en despojarse de los calzoncillos; lo vi desnudo, había conseguido lo que quería; como es natural mi paquete se abultó de inmediato, y él seguía con el celular sin levantar la vista, pronto su verga reaccionó al tacto con su mano, ya no parecía platicar con nadie; estaba mirando porno.

Tenía una polla preciosa, y qué huevos, era todo lo que yo quería, la polla bien descapullada, y Rodeada por una mata abundante de pelo negro y rizado; empezó a sobarse los huevos y el miembro erecto de una forma súper insinuante, y claro, no pude evitarlo y comencé a tocarme sobre la bermuda.

Escupía con frecuencia su mano para lubricar su delgado y largo trozo de carne—qué polla tan apetecible—me decía , de repente se puso de pie y continuó casi frente a la ventana, parecía que quería que alguien le viera, y cómo no, yo estaba allí de espectador y aunque a distancia participando en la paja.

Casi nos corrimos a la vez, tiro Suficiente leche como para bañar mi boca, era una pena mirar desde lejos, y no ser yo quien lo ayudara a expulsar tan rico líquido; apagó la luz. Yo me metí en casa y me acosté, y como seguía excitado me masturbé otra vez pensando en el. 

A la mañana siguiente nos encontramos nuevamente en la piscina, llevaba otro bañador, pero igual de pequeño, estuvo más dicharachero que el día anterior, no paró de hacerme preguntas, de cómo me iba en los estudios, de mis amigos, que si tenía novia, e incluso que si ya me había follado a alguna chica. Yo le contesté como pude, pero dejando entender que no me interesaban mucho las chicas en ese momento.

El resto del día estuve esperando el momento de poder volver a verle por la ventana. Cuando llegó la hora de meterse en su habitación, yo salí corriendo al jardín, le vi que se quitaba la camiseta, y de pronto apagó la luz.

¡Menté madres por dentro! esa noche no iba a poder verle. De todas formas empecé a hacerme una paja, pegado al árbol, me bajé los pantalones y el bóxer lo suficiente para sacarme la verga, recargue mi espada al árbol y me imaginé las pocas imágenes que me quedaban de la noche anterior.

— ¿Qué? pasándotelo bien, ¿no? ¿Te ha gustado es espectáculo de anoche?— De pronto escuché una voz proveniente de mis espaldas.

Era Ramón, había apagado la luz para que yo no le viera cómo salía de la habitación. Me preguntó que si le estaba mirando de nuevo , y yo le contesté que no, que me gustaba masturbarme al aire libre, que no era un mirón, me hice el desentendido.

—¿Ayer también estuviste aquí, no es así? —no le mentí, le dije que sí, y que le había visto cómo se masturbaba.

—Me di cuenta, deberías tener más cuidado, aún que piensas que no se ve nada, te miré perfectamente asechando tras del árbol—Me explicó que el no tenía problema, pero que quizá un día llegaría alguien que pudiera meterme en problemas—Deberías buscar un mejor camuflaje—Dijo en broma. 

Para eso mi verga se había bajado del susto, y ya me había guardado mis cosas, ambos nos sentamos sobre el césped y comenzamos a platicar en voz baja para no despertar a nadie. 

Comenzamos a hablar de sexo, y rápidamente me confesó que era bisexual desde que tuvo un encuentro en la universidad, pero también me reveló otra cosa:que mi hermano no lo sabía, pero que desde que me conoció le había gustado, y que cuando se dio cuenta que le estaba mirando la noche anterior, estaba deseando hacérselo conmigo por mi gran parecido a Eduardo.

Nos sonreímos y me atrapo en un beso tan profundo, me sentía en el cielo; su beso fue tan tierno y tan apasionado que olvide que estábamos En el jardín, pudiendo ser visto incluso por los vecinos; me susurro que fuéramos a su habitación, pero preferí llevarlo a la mía ya que era más privada. 

Sin medir más palabras entramos besándonos como en esas escenas de novela;  se quedo en bolas totalmente mientras caminábamos en reversa a mi cama , yo no me corté e hice lo mismo.

 Estábamos ya muy excitados, me tumbó sobre el suelo y comenzó a besarme, notaba su polla contra mi abdomen, siguió besándome y fue bajando poco a poco, hasta que llegó a mi verga, fue fantástico, era la primera vez que Tenía sexo en mi casa, qué maravilla, siguió con mis huevos, y de pronto me levantó las piernas y comenzó a chuparme el culo. 

Yo no paraba de gemir, se dio la vuelta y me tapó la boca, me dijo que estaba siendo muy escandaloso y que podían oírnos, en ese momento puso su polla sobre mi cara, entre la escasa luz podía mirar su bella verga larga y dura; la succione como un becerro hambriento deseando su leche en mi rostro.

Se dio la vuelta para poder chupar la mía, su boca era extraordinaria, era más que obvio que contaba con experiencia , nunca había pensado que un 69 fuera tan placentero. 

Cuando estaba casi a punto de correrse sacó su polla de mi boca y volvió a chuparme el culo, notaba cómo su lengua entraba en mi agujerito virgen, cogió su pantalón y de un bolsillo saco un tubito de lubricante, y me dijo—¿Quieres que te folle?

Yo estaba muy excitado, y le dije que sí, pero que era la primera vez, que tuviera cuidado. Me dio la vuelta y me puso a cuatro patas, empezó a untarme el culo con el lubricante y a meterme un dedo, movía su dedo de una manera tan descomunal que era imposible no perder toda la masculinidad al sentir las constantes penetraciones.

Luego se embadurnó la polla y comenzó a penetrarme, primero tuve un momento de dolor y grité, pero poco a poco empecé a tener placer, cada vez entraba mejor y noté cómo me la metía y sacaba con todas sus ganas, yo no paraba de moverme, era como un potro salvaje, y él el jinete más diestro.

Mientras me follaba me agarró la polla y tiraba de ella como si quisiera arrancármela, era fantástico, de pronto me vinieron las ganas y me corrí, no pude evitarlo y di un gran gemido de placer, él siguió follándome hasta que de pronto noté sus fuertes contracciones y cómo algo caliente llenaba mi culo.

Cuando terminó se quedó encima de mí un buen rato, y me daba besos en el cuello, y lamidas en mi espalda mientras su fuerte respiración descansaba detrás de mi.

Fue una experiencia fantástica, me había gustado mucho más de lo que yo me había imaginado. 

El resto de los días follamos todas las noches, fue lo más cercano que pudo tener de mi hermano; y yo estaba completamente extasiado con en; al terminar las vacaciones, se regresaron a Madrid, y desde eso hemos mantenido contacto a pesar aún no habernos visto de nuevo.