Desperté un poco crudo como todas las mañanas de domingo, una pierna se me salía de la cama, estaba completamente desnudo. Al mirar sobre la sábana que cubría mi cuerpo, miré y sentí una tremenda erección ¡vaya verga que la genética me había obsequiado! Me estiré de piernas y brazos, lancé un bostezo largo. Miré a un costado, estaba la chica que me ligué en el antro, la noche anterior. No recordaba ni su nombre. Ella tenía el cabello rubio, se miraba muy bien. No quise despertarla, así que me levanté lento para ir al baño; aún que con esa dureza sería muy complicado orinar.
Miré todo el tiradero que hicimos; tenía lagunas mentales <<Era mi único problema con el alcohol. No recordar partes de la noche anterior>> parecía que la noche había estado algo agitada, las prendas en el piso hablaban por sí solas; tomé mis bóxers y caminé al sanitario. Hice lo mío, me lavé los diente. Tenía algo de labial en mi cuello; era inevitable bajar esa puta erección. Así que tomé mi celular, cerré la puerta y comencé a masturbarme con algunos videos de internet.
Siempre duraba bastante, pero esta vez quise agilizar un poco. No tardé en lanzar chorros al piso. Mis 19 centímetros escupían con gran intensidad el resultado de tan rica chaqueta matutina. Me di un baño y salí con unos bóxers entallados; esos que te pronuncian el paquete y te levantan bonito las nalgas. Me encantaba verme al espejo. Tenía un cuerpo espectacular, un rostro muy atractivo. Siempre fui el guapo de la universidad, de la prepa y el galán de mi grupo de amigos. Sabía muy bien lo que tenía.
Cuando salí aquella chica se colocaba el sostén. Tenía unas tetas muy bonitas <<Eres grande René>> me decía al ver semejante mujer. Me coqueteó con una sonrisa. La verdad es que la noche anterior estaba tan ebrio que no recordaba mucho de lo que había ocurrido con ella. Pero en su rostro miraba que se iba muy feliz. Comencé a colocarme el pantalón mientras ella venía a mi, me abroché mis jeans, dejé mi camisa sin abotonar; ella se acercó y me plantó tremendo beso.
—¿Nos llamamos corazón?
—Claro—Pero en realidad eso no iba a pasar. Nunca repetía dos veces el mismo plato. Existían demasiadas mujeres como para centrar mi atención en una sola.
Se fue volteando a verme con esos ojos con brillo de ilusión. Pero bueno. Era algo que le ocurría a varias después de una noche mágica con semejante muñeco <<Lo sé. Soy un patán. Demasiado ego para una persona>> pero deberían verme para entender a lo que me refiero. Era un imán para las chicas <<bueno, también para chicos, pero yo no bateaba por ahí>> exacto. Dije “bateaba” por qué el siguiente fin de semana todo cambio.
Les contaré un poco de mi antes de contarles sobre esa noche. Mi nombre es René Ramallo Rama. El
Hombre de las tres R, como mis amigos me decían. Un chico crecido en la alta sociedad, despreocupado por su economía. Heredero de propiedades y cuentas bancarias; copropietario de los negocios de papá. Mis amigos eran del mismo nivel. Por lo tanto, todos mis fines de semana eran fiestas imparables; noches de antro en los lugares más exclusivos de Guadalajara. ¡Un verdadero festín de diversión, sexo y alcohol!
Después de salir de mi oficina los viernes. Llegaba a mi depa para descansar un rato. Sabía que la noche sería larga. Así que usaba la tarde para dormir todo lo que podía. Al despertar de la siesta, nunca faltaba la cantidad de mensajes en el móvil. Invitaciones, propuestas; pero yo iba a donde Greco iba <<Gregorio Corona Bates, mejor conocido como Greco>> mi mejor amigo desde la prepa. Un super tipo. Tenía el mismo estatus que yo; la mejor competencia para saciar el ego. Tan guapo y atractivo como yo. Sabíamos que ambos saldríamos del antro con alguna sensual mujer. El reto era salir con la mejor.
<<Mi celular comenzó a timbrar al poco rato de haberme despertado>> era Greco. Seguro ya tenía planeada la noche.
—¡Despierta papá! Llevo localizándote desde hace ya rato.
—Me tomé una siesta ¿cual es el plan de hoy?
—¿Recuerdas a Maru? La vieja con la que me fui el fin anterior. Bueno, me invitó a una fiesta de piscina en su casa. ¿Le entras?
—Pablo quería ir de antro.
—¡puto Pablo! Ahora le marco para que nos caiga a casa de Maru.
—¿Hay que llevar algo?
—Cada quien lleva lo que vaya a beber. Ha y muy importante. Es de trajes de baño color blanco. Tony dice que la vieja arma fiestas bien cabronas.
—¿y qué tal se armó en la cama?
—¡Una diosa! ¿Y tu? te llevaste el mejor plató de la noche.
—La verdad. No recuerdo. Estaba. Muy ebrio. Pero me dijo que le llamara para armar algo. Así que creo que muy bien.
—¡pinche René!
Bueno el plan ya estaba más que armado. Habrían muchos cuerpos semi desnudos. Pensé en Entrenar antes de ir. Quería lucir mi cuerpo; no podía quedar mal sabiendo que había demasiada carne a la mira.
Acabé bañado en sudor. Mi abdomen se marcaba perfecto. Mientras miraba mi reflejo, dejé caer un poco del agua que bebía; miré las gotas caer por mi piel. De inmediato me di un baño antes de ver a Greco. Nos veríamos en una avenida para luego seguirlo hasta la casa de Maru.
Llevaba una playera sin mangas con estampados veraniegos, un short playero color melón, y un bañador blanco de bajo como pase de entrada. Tan pronto llegué al punto de encuentro miré el auto de Greco con las luces intermitentes. Con el sonido de mi claxon le señalé que había llegado. Después de conducir durante unos veinte minutos por fuera de la ciudad, llegamos a un espacio rodeado de altas bardas. Ocupaba toda una cuadra el lugar. Entramos detrás de dos vehículos, tras el permiso de los guardias de seguridad. Era una privada muy grande <<Vaya recepción la de la señorita Maru>> ambos bajamos de los vehículos. Ambos subestimamos a la señorita Maru.
—¿Así que un simple baño de piscina?—Le dije a Greco.
—Tampoco sabía de esto. Pero creo que es mejor de lo que pensamos ¿no crees?—La respuesta era más que obvia.
Esperamos unos minutos hasta que Pablo llegó. Los tres nos encaminamos hasta el área de jardín; las bocinas hacían retumbe entre las paredes. Se sentía el
Buen ambiente mientras mas cerca estábamos.
A lo lejos, Maru nos vio llegar. Y de inmediato se apartó de sus amigos para venir a saludarnos. Bueno, más a Greco que a nosotros.
—¡Viniste! No pensé que me tomaras la palabra—Era una chica con buen porte, muy guapa, lucía un cuerpo espectacular con ese traje de baño blanco y esa bata transparente.
—Así es. Pero vine acompañado. René ¿recuerdas?
—Si claro. Del antro de la semana pasada.
—Y él es Pablo. Otro de mis grandes amigos—Nos dio un beso en la mejilla y nos pidió que nos pusiéramos cómodos. Había un DJ cerca de la barra de cócteles. Una piscina muy grande, unas 100 personas repartidas por todo el lugar. También nos pidió que nos pusiéramos en tema; ósea se refería a que nos pusiéramos los bañadores.
Habían baños para cada sexo. En el de caballeros podían entrar más de uno. Pablo, Greco y yo entramos y cerramos la puerta. Pablito sin pudor se retiró toda la ropa quedando completamente desnudó <<ya nos habíamos visto en las regaderas del club donde entrenábamos>> así que no causaba ningún efecto sobre nosotros. A parte que era el menos galán de los tres. Greco se quitó la bermuda, ya traía un bañador tipo calzón por debajo. Se le marcaba un bulto muy llamativo, su tono de piel combinaba muy bien con la prenda. En cambio yo llevaba un bañador tipo bóxer, de esos muy pequeños que te entallan la pierna, el bulto y el culo. También me puse una camisa abierta, para presumir el lavadero. Los tres salimos y nos acomodamos en la piscina.
La fiesta avanzaba a un ritmo muy rico. Al ritmo en que las botellas iban reduciendo su contenido, nos íbamos poniendo más en ambiente.
—¡Greco! La chica de la barra no deja de mirar aquí. Pero no sé si te mira a ti o a mi.
—¡O a mi!—Dijo Pablo al sentirse excluido. Los tres nos reímos al notar la cara que puso nuestro amigo.
—Yo digo que vayas al ataque—Insistí. Sin oponerse y como buen perro, Greco se salió de la piscina para ir a la barra. Un pretexto para estar cerca de aquella bella mujer. Después de eso, perdimos al buen Gregorio, al parecer había atrapado al pez más gordo del día. ¡Cubana o Colombiana! Se notaba que era la mujer más cotizada del lugar.
Varias chicas se acercaron a platicar. Pero ninguna llenaba mis expectativas. No pasó a más que plática. A parte no podía dejar solo al buen Pablo, sería muy descortés dejarlo ahí solo. Así que tuve que arriesgarme a solo pasarla bien con el alcohol y su compañía. Para las doce de la noche los primeros pájaros fueron cayendo. Pero la fiesta de Maru tenía para más. Tuve que controlar mi sed para no estar entre los soldados caídos. Me había propuesto a amanecer en tan rico lugar. Por suerte Pablo sabía beber, no sé qué habría hecho con un borracho prematuro.
—¿como se la están pasando?—Dijo Greco al llegar con una cerveza en mano—¡Vaya fiesta! ¡Mágica! ¿No creen?
—¿Que consumiste? Estás un poco acelerado—Pregunté al verlo tan energético.
—¡Un dulce mágico! La Cubana me invitó.
—¿y qué tal van?—preguntó Pablo—Yo ya casi tengo que irme—Agregó.
—Bueno, si te vas, tendré que irme igual. No pienso quedarme aquí solo. Sobre todo cuando ya rechacé todas las buenas posibilidades por no dejar a Pablo solo—Dije un poco sacado de onda.
Las cosas terminaron con una propuesta. Cuando Pablo se marchó, Gregorio soltó su anzuelo.
—La cubana me lanzó una propuesta. Pero no sé si querías aceptar.
—¿De que se trata?
—En realidad le gustamos los dos. Y no dejó de insistirme en que te convenciera de hacer un trío con ella; de no ser así, no quiere tener sexo solo conmigo. ¡Amigo, por favor!
La verdad es que fuera de toda mi promiscuidad, nunca había hecho uno. No me desagradó la idea; sería muy extraño coger junto a mi mejor amigo. Sin embargo el alcohol te hace más flexible, y más aventado. Así que acepté.
Esperamos un rato más. Hasta que las copas comenzaron a hacernos dudar de nuestra cordura. Greco fue quien tomó la iniciativa para marcharnos del lugar. Intentó buscar a Maru pero no lo consiguió así que nos marchamos en dos autos. Yo solo, y él con la cubana. Que por cierto su nombre era Rosario. Fuimos a casa de mi mejor amigo; ahí continuaríamos la velada hasta amanecer. Tenían planeado un trío. Más como un favor; aún que repito que era muy extraño saber que cogería junto a un gran amigo.
Llegamos y nos instalamos. Primero en la sala; Rosario pidió algo más de beber ¡pero a esa mujer ya se le iban las palabras todas arrastradas! Esa mujer ya estaba más del lado de la ebriedad, que de la sobriedad. Después de dos o tres vasos de alcohol, subimos los tres al cuarto. Greco nos pidió que nos pusiéramos cómodos, en lo que el iba por un aperitivo, que tenía para ponernos en ambiente.
Mi casi hermano subió con un pastel de chocolate cortado en muchas partes. Nos pidió que comamos con cautela. Tenían marihuana; no debíamos comer tanto para sentir solo el rico efecto. Me comí una rebanada y el otra; la cubana se llevó tres, uno tras otro. <<Muy chongona>>pensé. Nos sentamos los tres en la cama a platicar para ir tomando confianza. Yo en medio de los dos. Pasó un rato cuando el efecto comenzó, pero al mirar a ver a la tipa ¡Se había quedado muy dormida! Supongo que la marihuana, más el alcohol, la había dejado muy noqueada.
—¿y ahora?—pregunté con gracia. El plan se había caído por completo. Los dos ya estábamos en bóxer; y la verdad a esas alturas, ambos esperábamos pasarla rico.
—¡La verdad es que yo estoy muy caliente! ¿Y si nos la cogemos así?
—¡No mames Gregorio! Eso sería violación. Pon algo en la tele y ya. Igual y mañana cuando despertemos nos la damos.
—¡Pero ella quería!
—Pues si, pero no está cuerda ahora. ¡Ya cálmate! Y mejor pon algo en la tele.
Encendió la tele y nos pusimos a ver canales aleatorios. Hasta que la tele llegó a uno de pornografía. Justo en la escena de una mamada ¡él muy caliente pagaba canales de porno! No entiendo ¿por que? Si en internet hay de todo, y gratis.
—¡Cambia esa madre!—Le dije.
—Eso solo me va a poner más caliente. Pero déjalo ahí. Me la quiero jalar.
—¡No mames Greco! ¡Ve al baño!
Ambos reíamos. La rebanada de pastel nos estaba poniendo un poco extraños. Su roce, y ese juego un poco coqueto, nos empezó a poner un poco sensibles y susceptibles.
—¡Wey estoy tan caliente, que te haría lo que está haciendo esa vieja!—La escena seguía en el sexo oral. Justo en un acercamiento donde se le notaba una tremenda verga al tipo.
—¡Pues se te complicaría como a ella! Por qué si la tengo algo grande—Dije.
Entonces pasó algo que no esperaba; un tanto obvio sobre el efecto de la droga. Colocó su mano sobre mi paquete y comenzó a masajearlo.
—No se siente tan grande.
—¡Por que está dormida! Pero si sigues haciendo eso ya no va a estar tan dormida.
El muy puto no se detuvo. Yo pensé que solo se trataba de un juego. Dejó de serlo cuando con su mano sacó mi pene aun semi flácido, para darle un buen masaje. Aun extrañado me dejé ir sobre los brazos del placer. Estiré las piernas, me quitó el bóxer, y se recostó muy cerca de miembro solo mirando como se me iba poniendo muy dura.
Estaba tan sensible que sentía tan rico, el vato me estaba masturbando. La cabeza de mi verga estaba tan roja que parecía que explotaría. Me concentré mirando la tele ¡pero no podía! Me gustaba ver cómo me jugaba el tronco. ¡Entonces se la llevó a la boca! ¡Greco me estaba chupando la polla! ¿Que estaba pasando?
Se notaba que era la primera vez que lo hacía <<eso quise creer>> por que lo hacía demasiado bien. No podía meterse toda, pero bastaba con tragarla hasta donde podía. Sus manos no dejaron de estimular mis huevos; y se sentía demasiado bien. Pensé por un momento en detenerlo. Pero no lo hice. Por una simple razón: lo estaba disfrutando.
Me dejé caer como gorda en tobogán. No hice más que disfrutarlo; en un momento, sin explicarme cómo, Greco estaba chupando cada uno de mis huevos. No sé cómo llegamos a eso. Mis piernas estaban muy abiertas, las lamidas comenzaron a dar frutos en forma de gemidos. Su lengua comenzó a caer lentamente por esa delgada línea hacia mi culo. <<¡Espera! ¡Espera! ¡René, eso sí que no!>> es exactamente lo que intenté decirme. Pero estaba muy bloqueado con los buenos movimientos de lengua que hacia al bajar y subir si soltar mi polla dura.
Me acomodé, me recosté con tremenda sonrisa; estaba muy drogado <<Admito que sentía demasiado bien, más de lo que jamás pensé >> mi cuerpo reaccionaba por cuenta propia sin hacerme caso. Arqueé un poco la espalda, levantando las nalgas para darle más acceso a mi zona prohibida. Entonces sus manos abrieron mi culo, y su lengua comenzó a hacer maravillas al rozar mi delicado ano. Levanté las piernas como toda una puta ¡no quería que se detuviera! Se sentía como el cielo <<¡No pares puto!>> repetía mordiéndome los labios.
Mis manos sujetaban las sábanas, corrugando la tela mientras sentía como me dilataba tras la entrada y salida de tan potente lengua. Sentí algo de presión, solo trajo más placer. Su dedo había entrado con total facilidad; esto hizo que me estremeciera y pegara un gemido más agudo. Comenzó a moverlo de adentro hacia fuera. Me estaba penetrando <<¿por qué demonios lo estaba disfrutando?>> siempre fui heterosexual. Pero esa noche estaba siendo toda una puta.
Después de unos minutos, meter dos dedos no fue nada difícil. Mientras mas me penetraba con sus dedos, más caliente me ponía.
—¿Quieres que te la meta?—preguntó Greco.
—Ya estás en eso. Hazlo antes que me arrepienta.
—¿te está gustando verdad?
—Se siente muy rico. Deberías intentarlo.
Se quitó el bóxer, tenía una verga igual de proporcionada como la mía. Un tanto más corta pero más gruesa. Se puso entre mis piernas, comenzó a rozarme, subió mis piernas a la altura de su cadera, dejando que abrazara su cintura. Escupió su mano y comenzó a deslizar su verga dentro de mi. Al inicio dolió, pero muy leve; estaba tan drogado, que incluso podía sentir placer dentro del dolor.
Estábamos muy calientes. Comenzó a metérmela con rudeza, escuchaba sus huevos tronar contra mis nalgas, mi verga estaba dura y rebotando contra mi ombligo. Estaba muy húmeda de la punta. Nunca había lubricador tanto como en esa ocasión. Mis ojos se ponían en blanco con cada metida. No quería venirme, pero estaba reteniendo todo ese líquido blanco a punto de estallar.
—¡Voy a venirme!—Dijo Gregorio. Apenas le alcanzó el tiempo para avisarme. Sentí el líquido caliente recorrerme por dentro. Como un estallido dentro de mi. Greco se sujetó de mi con sus fuertes manos mientras terminaba de llenarme con su leche.
Me corrí sobre mi ombligo. Tiré tanta leche como para dejarme seco. La película pornográfica había pasado a segundo término. Estábamos muy extasiados; terminamos uno sobre del otro sin importarnos la leche que escucharía dentro y sobre de mi. Fue muy extraño, pero me sentí muy bien después; sentir su cuerpo aún caliente, y su brazo sobre mi pecho. No se, me confundió un poco.
Me levanté para bañarme. El me siguió. Creo que eso nos bajó un poco el efecto; o quizá fue la actividad física. No nos dijo amo nada, casi no podía mirarlo a los ojos. Entonces me plantó un beso.
—¿Eres puto Greco?
—No. pero me calentaste.
—¿Entonces?
—Pues cogimos. Y ya. Fue la hierba. Creo.
Nos besamos un poco intenso antes de salir del baño. Nos acostamos junto a Rosario; que estaba más que dormida. Cada quien por su lado, creo que después de la cogida, ya no había nada más.
Al día siguiente al despertar sentí algo de presión en la frente. La señorita rosario ya no estaba; aclaré la vista, la mente; noté que traía algo de cruda. No tenía lagunas mentales, podía recordar a la perfección lo que había ocurrido con greco. Aun podía sentir su verga dentro de mí. Como si ese espacio pidiera ser llenado nuevamente. Observe bien, la mano de Gregorio me tenía abrazado, y su cuerpo estaba muy pegado al mío; mi espalda daba con su pecho y mis nalgas con su verga. Su polla tenía una erección matutina. Y no quería desperdiciarla.
Comencé a moverme para intentar colocar su gran trozo entre mis nalgas. Me sentía aún dilatado con la actividad de la noche anterior. De pronto siento como sus manos se instalan en mi cadera y la voz ronca de Greco susurrando a mi oído.
—¿Quieres que te vuelva a coger? No pensé que te gustara tanto. Juré que se trataba de la droga.
—¡Cállate y métemela!—Respondí.
Esa mañana me cogió con más intensidad. Tenía más movilidad y más agilidad al contar con sus cinco sentidos. Probamos dos o tres posiciones nuevas. ¡Santa cogida que me puso mi mejor amigo! Eyaculó dos veces dentro de mi esa media mañana antes de bañarme para salir a casa.
—¿y todo esto que fue?—Pregunté mientras me secaba el cabello con una toalla. Aun seguía desnudó. Mi verga dormida se meneaba de un lado a otro al igual que mis nalgas perfectas al caminar al rededor de Greco.
—¿a que te refieres?
—Pues. Tuvimos sexo. Según yo hasta ayer me consideraba heterosexual ¡y tuve sexo con mi mejor amigo! ¿Que se supone que fue eso?
—Solo fue sexo. Si tu pregunta es ¿si soy gay? La respuesta es no. ¡Definitivamente no! Solo fue un desliz. Un rato muy rico. Tómalo como lo que fue.
En realidad solo fue eso. No había un sentimiento de por medio. Las fiestas, las noches de antro continuaron tan igual que siempre. Las reuniones con los amigos; hasta que un día en una borrachera el evento volvió a repetirse. Desde ese momento nos volvimos un tipo de amantes en silencio. Solo nosotros sabíamos lo que ocurría en nuestra cama. Solo nosotros sabíamos que habíamos algo más después de cada fiesta. En pocas palabras me volví su puta. Disfrutaba que Greco me penetrara; era una sensación indescriptible; Aun que los dos nos sigamos considerando fieles a las mujeres; siempre hay una que otra ocasión para romper las reglas y sentir ese gran miembro dentro de mi.
FIN
DERECHOS RESERVADOS.
Queda prohibido copiar, reproducir, distribuir, publicar, transmitir, difundir, o en cualquier modo explotar cualquier material de este sitio sin la autorización previa por escrito de HomoRelatos y su escritor. Usted no podrá remover o alterar ninguna parte del texto o leyenda de Derechos de Autor o la que manifieste la autoría del material. El plagio es un delito. Cod. penal Art. 270 a 272.
Super bueno, así kiero un amigo
Muy caliente el relato....me pegué flor de paja ...me recalentó...nunca lo hice con amigos ...y con algunos no me arrepentirá hacerlo..😈😈😈
Wow!!! Mi mejor amigo y yo llevábamos 16 años de amistad como hermanos hasta que en diciembre Me ayudo a mudarme a otro apartamento y cansados mas un par de cervezas, nos dejamos llevar y follamos... me paso lo de tu historia no podia mirarlo a la cara, me reia de puros nervios, no hablamos hasta el día siguiente y ahi nos preguntamos que fue todo eso? ... de eso han pasado casi 9 meses.... y ya no somos amigos... esos 16 años de amistad dieron paso a una bella relación... ahora somos novios, vivimos juntos y estamos mas felices que nunca !!!!asi que doy fe de que las folladas entre amigos son lo mejor del universo jejejeje slds
Que delicia de relato es el primero que leo y me ha gustado mucho, tantas historias que hay por ahí entre amigos. muy bien contada
Que rico relato me recordó cuando tenía sexo con uno de mis primos lastima qué primo no está tan pitudo 😢😢😢solo le hice seco oral y dormíamos juntos 😜